Déficit de Justicia en Guadalajara

23/07/2012 - 00:00 Redacción



Clara, contundente y rotunda es la Memoria Judicial del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha, presentada la pasada semana, respecto a Guadalajara. La capacidad resolutiva de los jueces y magistrados es “muy importante, debido al gran esfuerzo que realizan tanto en calidad como en cantidad”, pero el número de órganos judiciales es insuficiente ante el aumento de la litigiosidad y, además ,es necesario resolver, de una vez, el problema de la ubicación de las sedes de los juzgados. La Memoria aporta datos del espectacular aumento de los litigios este último año en Guadalajara en los distintos órdenes. La crisis económica y el aumento demográfico son apuntados como motivos del crecimiento en el número de casos que entra en los juzgados, que es imposible de atender con los actuales siete juzgados de 1ª Instancia y cuatro de Instrucción con que cuenta el Partido Judicial de Guadalajara. La Justicia está colapsada, lo que se traduce en la demora en el tiempo de la celebración y resolución de los procesos y en su mala imagen. Tras los fracasos, primero, de la construcción del llamado Palacio de Justicia, que se situaría junto al Ferial Plaza y el Corte Inglés, y posteriormente del alquiler de las dependencias anexas a los juzgados de la plaza de Beladiez, donde actualmente se ubica el Colegio de Abogados, la Memoria habla de la construcción de un nuevo edificio que resuelva “de manera definitiva el problema”. Aún así, y más grave, es que se precise, casi, del doble de juzgados de los que hay en la actualidad para poder atender a la ciudadanía. Son necesarios juzgados, en exclusiva, para temas mercantiles, por el aumento de los procesos concursales derivados de la crisis y de Violencia de Género, así como dos nuevos juzgados de 1ª Instancia y otros de lo Contencioso Administrativo, lo Penal y lo Social. Siete nuevos juzgados y un magistrado más en la Audiencia, pide y justifica la Memoria. Mientras no se dote así a Guadalajara no habrá Justicia, con mayúsculas, pese a la calidad de jueces, magistrados y abogados.