Del caso Penti
17/03/2014 - 23:00
Era un martes de entrenamiento cualquiera, de un mes de marzo cualquiera. Tocaban 40 minutos de rodaje tranquilo, para continuar con unos progresivos, técnica de carrera, estiramientos y cambios ritmo en el cuchillo de Iriépal. Pese la tristeza que trae la noticia, entre risas y chascarrillos, durante los momentos de rodaje, sale el tema. No, no es el último partido del Madrid, ni las vomitonas de Messi, ni tampoco el típico mira cómo está la fulanita (espero no ofender, pero los hombres maduramos solo hasta los 12 años). La noticia es que han trincado a Penti, Antonio Jiménez Pentinel. De repente, en la conversación se amontonan nombres de operaciones policiales cualquiera, como si fueran la lista de los Reyes Godos. Así la Galgo, se mezcla con la Puerto, está con la Grial y ahora conocemos a la Jimbo. En ese batiburrillo, siempre hay nombres en común. Como si fueran vasos comunicantes, o perejiles de todas las salsas. Cierto ginecólogo experto en hematología, una campeona rubia metida a política e incluso varios ciclistas. Pero al final, para nosotros, simples atletas populares, es más de lo mismo: ídolos que caen de su pedestal o monumentos que en los más de los casos se sostiene con alfileres. Desconozco cuál es la solución, puesto que mientras haya competición, habrá tramposos, es algo inherente a la genética humana. Pero lo que si se, es que las medidas tomadas hasta ahora, no son las más adecuadas.
En más de una ocasión he indicado, que creo que cada deportista, debería tener un entrenador y un médico oficiales. Y que ese entrenador y ese médico deberían recibir al menos la misma sanción que el deportista en estos casos. Si conocían la situación por complicidad, ocultamiento, cooperación necesaria o como se quiera llamar. Si no la conocían por culpa in vigilando. Así al menos, la labor de policía, estaría fijada en el entorno más próximo al deportista, evitando con ello el que campara a sus anchas, como en este caso. Puesto que también creo, que con esta medida, se evitarían casos de atletas paracaidistas. Esto es un deportista, que compite con un club de Guadalajara y vive y entrena en Sevilla. En cualquier caso, sea como fuere, lo que está claro es que la situación actual es insostenible. Somos objeto de mofa y escarnio en diversos medios internacionales y
no nos dieron los Juegos. Y es que por no andar rememorando filetes o bolsas de sangre, me viene a la memoria, el caso de aquel alemán que pasó de Johann a Juanito, para volver a ser Johann cuando le pillaron con su tercera medalla de oro en unos Juegos de Invierno, previa nacionalización exprés y abrazos efusivos con Su Majestad el Rey. Lo peor de todo, es que no se, si cuando me acuerdo de ello, me dan ganas de esbozar una sonrisa o de ponerme a llorar. Que la fuerza os acompañe.