Despertar un sueño

19/01/2011 - 00:00 José Manuel Belmonte

Peregrinos de siempre, seguimos en camino. Un amigo me ha enviado el mosaico del laberinto que se encuentra en Astorga, en la Iglesia de san Pedro de Rectivía. Invita a continuar la ruta, en la que no vamos solos. Desde el centro se puede interpretar, para seguir. “La sociedad civil necesita valientes”, decía en mi anterior escrito; personas valientes y capaces de crear las condiciones de cambio ético, político y social. Personas que, sin miedo a la libertad, crean en la igualdad, la responsabilidad y la esperanza. Personas que, en la encrucijada actual, devuelvan la confianza a los empresarios para crear puestos de trabajo, y condiciones de futuro a los jóvenes; también para todos los que han perdido su trabajo; y también para quien tiene responsabilidad de una familia y no se resignan a esperar sin hacer nada. Sueños imposibles casi, pero humanos. Gente capaz de hablar y luchar con molinos, si es preciso. Sueños de Quijotes y caballeros. En estos días de familia se ha adivinado la idea. He salido a la calle para fotografiar un anuncio porque no me puedo creer que se haya hecho realidad mi pensamiento. Está plantada en la calle. Ese anuncio, va en la línea de mis sueños: “Se necesitan quijotes”, dice. Una imagen vale más que mil palabras. Ahí está. Es lo que vengo diciendo, desde que estuve en El Toboso de Dulcinea. También se necesitan mujeres de gran talla. En la foto, pueden verse, al fondo unos molinos. Es la Mancha. Al lado el texto. Y alguien cabalgando. No va hacia los molinos. Seguro que va hacia el pueblo, hacia la sociedad, y hacia el futuro. Los Quijotes de ahora no se apartan de la gente; no persiguen gigantes. Sólo persiguen sueños nuevos, nuevas realidades. En este corto tiempo, de mis días en familia, he leído “Días de Gloria” de Mario Conde, que según los principales diarios ya es número uno en ventas, aunque no lleva un mes en la calle. Y he podido contactar con su Foro. He descubierto que hoy día 1 se pone en marcha un hermoso y gran proyecto llamado “Fundación Civil”, que por los antecedentes, patrocinadores y amigos, tiene una pinta inmejorable. http://www.fundacioncivil.org. He terminado el año agotado de luchar. Durante todo el 2010 he pensado que “mientras hubiera deseos de luchar habría esperanzas de vencer”. Pero la gente se acomoda fácilmente. No sé si es el miedo o la dejadez, o la falta de liderazgo. Pero en los pueblos y ciudades que he visitado, encuentro una sociedad anestesiada. Ni los parados, ni los recortes sociales, ni la subida de impuestos, ni las prohibiciones y cambios éticos han servido para levantar de los asientos. Sin embargo la inmensa mayoría dice optar por los compromisos éticos para una regeneración humana, política y social. No tenemos un país más justo, ni más trasparente desde las Autonomías, desde las Diputaciones y desde los Ayuntamientos, y ni se pide a nadie cuentas, ni responde nadie de su gestión, cuando es errónea, y afecta a nuestro bolsillo. La corrupción alcanza olores de nausea. Los políticos y la política se han convertido en la tercera preocupación de los ciudadanos, después del paro y el terrorismo. En la votación parlamentaria sobre el aborto, que pude presenciar en directo, se demostró la sumisión y la obediencia, en pro de la subsistencia. El grupo imponiéndose a la persona y su conciencia. El país está paralizado. El efecto dominó de las quiebras, suspensiones de pagos, recortes de plantilla, cierres de empresas y paro amenaza los cimientos mismos de la sociedad. Creo que es la hora de la sociedad civil. No porque lo diga Mario Conde, sino porque es hora de despertar y tomar las riendas de nuestro futuro. Fundación civil “es un buen nombre y suficientemente expresivo de lo que se pretenda”. Quienes, a nuestro modo, hemos defendido el derecho a la vida y la verdad, el derecho a la libertad vivida por todos y cada uno en casa y en la calle, el nuevo año se alza con el sol de una utopía. Una esperanza, que descubro, compartida. Es hora de despertar. “¿Es un sueño? Seguramente, pero las sociedades que no consumen sueños se ven obligadas a digerir la acidez insoportable de lo real” (De la presentación de Fc). .