Día Internacional de la Mujer

10/03/2013 - 00:00 Carmen Heredia

  
  
    Nada es inamovible. Todo puede cambiarse, incluso la sociedad, sus usos y costumbres. Los roles y funciones establecidos en un momento histórico determinado pueden y deben cambiarse, sobre todo, si resultan ser injustos y marcan desigualdades. Este 8 de marzo, a través de la celebración del Día Internacional de la Mujer, volvemos a recordar que la igualdad de derechos y de oportunidades es exigible; que la igualdad real es posible. El Día Internacional de la Mujer se ha consolidado durante el s. XX como un día a través del cual mujeres de diferentes puntos del mundo, traspasan fronteras, etnias, circunstancias sociales, económicas y políticas en aras de defender la igualdad y los derechos que ello conlleva.
 
  Es momento para consolidar todos los avances conseguidos con esfuerzo y dedicación. Además este día debe aprovecharse para reflexionar sobre los nuevos retos que se han de afrontar de cara al futuro. Hoy por hoy, el Día Internacional de la Mujer, lejos de carecer de importancia, se erige como un momento para potenciar y evidenciar el protagonismo que las mujeres, tradicionalmente, han tenido en los avances de la sociedad. Mujeres que de forma más o menos anónima, han participado activamente en cada momento de la historia, creando sus propios avances y siendo, en muchas ocasiones, el motor de las sociedades.
 
  Sin embargo, no siempre la sociedad les ha respondido como merecen. Hoy por hoy, la igualdad efectiva dista mucho de la realidad, a pesar de los avances conseguidos, especialmente en cuanto al reconocimiento del papel de la mujer en nuestras sociedades (reconocimiento más teórico que práctico). Conceptos como sufragio universal, igualdad de derechos… han ido dejando paso a otros recientes como techo de cristal, brecha salarial… Al menos en el primer mundo occidental, la igualdad de derechos es ya una realidad, pero, sin embargo, las cifras no avalan esta afirmación: Según la encuesta de población activa, en España la brecha salarial, es decir la diferencia entre lo que ganan los hombres y lo que ganan las mujeres, sigue siendo de un 15,3%.
 
   La Comisión Europea dice que, tan sólo hay un 14% de mujeres en los consejos de administración de las principales sociedades cotizadas de la UE. Además, los datos del INE revelan que el 38,2% de las mujeres ha dejado de trabajar durante más de un año tras nacer su hijo, frente al 7,4% de los hombres que lo ha hecho. La tasa de riesgo de pobreza es mayor en el caso de las mujeres (el 21,3 por ciento frente al 20,1 por ciento en el caso de los hombres en España). Este dato aumenta a nivel mundial, al existir países en los que el papel de la mujer es mucho más inferior al de nuestra sociedad occidental, y el camino hacia la consecución de los derechos de las mujeres está todavía por comenzar.
 
   En este sentido, las sociedades más avanzadas en materia de igualdad, deberíamos comprometernos a guiar y apoyar aquellos países que todavía hoy carecen de derechos fundamentales en defensa de la mujer. No olvidemos, que existen sociedades donde las mujeres todavía no tienen poder de decisión sobre su proyección de futuro; sociedades en las cuales la mujer están obligadas a casarse con sus violadores; sociedades en las que no tienen derecho ni fuerza para denunciar abusos... Todavía hoy, el camino hacia la igualdad es largo y costoso... Cuando no tengamos que hablar de IGUALDAD, será cuando hayamos alcanzado esta meta.