Diagnóstico de Villanueva

09/02/2011 - 00:00 Joaquín García

Se acaba la legislatura y confiando en que el lema del partido en el gobierno “Haremos Más” respondiera en esta ocasión a un sincero propósito, hemos esperado pacientemente que aquél Programa que persistentemente se presentaba en todas y cada una de las convocatorias electorales, se cumpliera (aunque solo fuera de forma parcial o en un porcentaje discreto). Pero lo cierto, es que lamentablemente nuestro pueblo en lugar de mejorar, comienza a sufrir los desgastes propios del paso del tiempo y los deterioros que son “normales”, no solo en Villanueva, sino en cualquier rincón del Planeta sin que se vea la necesaria intervención que, al menos, lleve a cabo el lavado de cara que tanto necesita. Y ahora, ingenuamente, me pregunto: ¿Volverán a repetirnos este año las promesas electorales que en ocasiones anteriores incumplieron?, ¿volveremos a creerles?; porque si en época de “vacas gordas”, fueron incapaces de cumplirlas, ¿cómo podemos esperar que lo hagan en la situación actual? Y no cabe decir que han hecho lo que podían; que si las zancadillas de los grupos de oposición, que si las persecuciones, que si tal que si cual…. Sin lugar a dudas, podía haberse hecho muchísimo más; pero la triste realidad, es que las dos últimas legislaturas han transcurrido entre promesas incumplidas y errores que han salido muy caros a las arcas municipales.
   De hecho, con los medios económicos que en los pasados años se generaron, deberían haberse construido la práctica totalidad de las dotaciones que la población precisaba, al tiempo que el pueblo crecía en número de habitantes. Sin embargo, solo hemos asistido a una enorme concentración de viviendas en un corto periodo de tiempo, sin la menor intención de buscar la forma de convertir población y casas en un auténtico PUEBLO, que no solo sirva para dormir. Sin temor a equivocarnos, podríamos resumir que el mayor problema que aqueja a nuestro pueblo, es la incompetencia de sus gobernantes. La incompetencia genera temor, el temor desconfianza, la desconfianza falta de transparencia y secretismo; y finalmente, para sostener este andamiaje, se acaba recurriendo a la fuerte dosis de autoritarismo que padecemos. ¿A esto llaman nuestros gobernantes transparencia y participación ciudadana? Concluida la convocatoria electoral y una vez conocidos los resultados, para poder iniciar la recuperación de los años perdidos, quienes asuman la responsabilidad de gobernar nuestro pueblo, precisarán del trabajo conjunto de la totalidad de los ciudadanos: es decir, la realización de una auténtica labor de consenso, estudiando y pergeñando las tareas que conduzcan a la transformación de Villanueva en el pueblo que hace tiempo debería haber sido. Y es evidente que, los gobernantes actuales, han demostrado suficientemente su incapacidad para el trabajo organizado y eficaz que haga posible ese esfuerzo. Por este motivo, entre otros, el pueblo no ha avanzado; por más que en sus “sermones” las altas jerarquías comunitarias intenten mostrarnos los avances conseguidos por un pueblo que, por más que propagandísticamente se empeñen en convencernos, no es el nuestro. Y es que hay que hacer algo más que manejar el marketing y saber aparecer en la “foto” (aunque el Sr. Presidente del Gobierno le dijera a Don Mohamed VI que lo que importa es la foto). Es necesario poner la política al servicio del pueblo en lugar de servirse de la política para mayor gloria del Partido. Finalmente, nos hemos preguntado si quizás el error no haya partido del resto de los ciudadanos al interpretar de forma equivocada el “slogan”, y debamos sustituir la oferta “Haremos” por el imperativo “Aremos”. Nuestro problema, por tanto, sería que hemos desatendido la demanda de nuestros gobernantes y, consecuentemente, no hemos arado lo suficiente para obtener los frutos necesarios