El acuerdo histórico del agua

28/06/2013 - 00:00 Redacción

 
 
Desde el año 2010 estaban finalizadas las obras de conexión entre el embalse de Alcorlo y la potabilizadora de Mohernando. Sin embargo, no podían utilizarse por diferentes desencuentros al no coincidir el signo político de todas las partes implicadas, algo ciertamente triste y que no debería repetirse cuando hay un interés general de tal calibre, que obliga al dialogo entre administraciones. El miércoles, por fin, tras tres años de negociaciones y superar numerosas dificultades, el Gobierno de España, el de Castilla-La Mancha y la Mancomunidad de Aguas del Sorbe sellaron en el Palacio de Fuensalida, ante la mirada de la presidenta regional, un acuerdo histórico que permitirá poner en funcionamiento las obras que harán posible que los municipios abastecidos por la MAS- ( Guadalajara, Azuqueca, Fontanar, Mohernando, Yunquera, Cabanillas, Humanes, Marchamalo, Quer, Tórtola de Henares y Villanueva de la Torre), en lo que a nuestra provincia se refiere, y los de la Campiña Baja (El Casar, Torrejón del Rey, Galápagos, Valdeaveruelo y Valdenuño Fernández), que ahora se sirven en exclusiva del embalse de Beleña y en épocas de restricciones se ven obligados a recurrir al agua, de peor calidad, del canal del Henares, puedan beneficiarse del agua de Alcorlo. La MAS podrá, además, solicitar a la CHT la concesión de agua extra de 16 hectómetros cúbicos de Alcorlo cada año. Tan importante o más, si cabe, es la segunda de las infraestructuras, las obras de la Tercera Conducción, aunque le falten varios años para ser realidad. La primera y segunda se realiza a través de redes de los años 1969 y 1980, que por su antigüedad sufren averías y, además, el agua que conducen no se beneficia del tratamiento de la potabilizadora de Mohernando. Es decir que el agua llegará en mayor calidad y cantidad a los ciudadanos gracias a la ampliación de dicha potabilizadora. Ésta trata 4.000 litros de agua por segundo. Un acuerdo pues que beneficia a todos y por el que debemos felicitar a quienes, como Jaime Carnicero, lo han hecho posible.