El arte de no gobernar

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

EL HALCÓN
ANTONIO PÉREZ HENARES PERIODISTA
El Gobierno de España no es en absoluto responsable del gobierno de España. Esa es la piedra angular del marketing político y el punto de partida esencial de los principios en que se sustenta el Agiprop (Agitación, Prensa y Propaganda) del zapaterismo triunfante.
Lo maravilloso del caso es que el invento funciona. Y no sólo eso, sino que tiene abducida y seducida a una gran parte de la población dispuesta a decir amén a cualquiera de sus letanías, sin importarle que sea una cosa y la contraria o que les conduzca a debacles económicos, despilfarros e incompetencias. Siempre y cuando el apóstol sonría y agite arcangélicamente sus manitas, el spot está cuadrado.
En verdad, una vez convencida la ciudadanía de que el Gobierno no es responsable de gobernar, que ese cáliz no le corresponde y sus amarguras no tiene él porqué apurarlas, todo lo demás esta sobrevenido. Todo los problemas inherentes a tan penosa tesitura quedan resueltos. Si los ciudadanos asumen que al Gobierno no le caben exigencia sobre la acción de gobernar, ya puede entonces este dormir tranquilo y dedicarse a actuar en política como Disney con respecto a la naturaleza. Una visión tan mema como terrible y maniquea, tan falsa como arrolladora.
Unos animalitos son los buenos y otros son los malos. Por supuesto, Zapatero es el jefe de los animalitos buenos, cargados de buenas intenciones y que quieren la paz en el bosque donde todos serán hermanitos y jugaran al corro de la patata con los enanitos de las setas. Y, esa es la segunda y perfecta derivada, cualquiera que se salga del guión del cuento, será un ogro terrible que se come a los niños crudos. Como poco.
El cuento es muy simple pero en ello radica su eficacia. No hay quien logre escaparse ni de su tejido ni de sus moralejas. Los “malos” nunca pueden ser ellos ni tener nada que ver en los problemas y aún menos en sus soluciones. De la economía española ya es sabido que no corresponde a nuestro ejecutivo ni tiene nada que decir el señor Solbes sobre la catástrofe y el paro. El culpable es el troll Bush presidente de los orcos mundiales. De las obras publicas, las carreteras, los aviones nada hay que reclamar a Magdalena Alvarez pudiéndose exigir responsabilidades, eso si, a muchos: desde el “hombre del tiempo” a Iberia, pasando por Gallardón y Esperanza Aguirre, vasallos todos ellos del “señor oscuro”.
De Industria, cualquiera menos Sebastián dedicado a la bombilla, en Educación las reclamaciones al maestro y a los curas cavernarios con sus pócimas y sortilegios. En Justicia a Bermejo no lo miren, vuelvan sus inquisidores ojos donde deben: a la cofradía de brujos de las togas y así hasta algunos departamentos que han logrado la placidez de que la ciudadanía ni siquiera se pregunte por su existencia ni sepa a que se dedican sus ministros o ministras, por utilizar el lenguaje políticamente correcto, excepto que lo son.