El dinero nuclear
01/10/2010 - 09:45
Editorial
La Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa) repartirá durante 2009 un total de 14.148.343 euros a los municipios afectados por instalaciones nucleares de toda España. El hecho de contar con la central de Trillo, en funcionamiento, y con la José Cabrera en proceso de desmantelamiento hace que Guadalajara se quede con un importante pellizco del presupuesto que anualmente se destina a los pueblos nucleares.
No en vano, cerca del 30% del total de lo presupuestado por Enresa para el próximo año se quedará en territorio alcarreño. A beneficio de los municipios definidos como afectados correspondientes a la instalación central nuclear José Cabrera, se destinarán un total de 2.123.484 euros, que se distribuirán entre 24 municipios de Guadalajara y dos de Cuenca en función de su superficie, densidad, número de habitantes y distancia a la planta. A esa cifra se suma otra, similar, que la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos repartirá a los municipios circundantes a Trillo I. Para ellos se destinará un total de 2.406.157 euros. Desde hace dos décadas, nuestra provincia ha recibido suculentas cantidades por albergar dos centrales nucleares. Ahora, cuando ya se han cumplido tres años desde el cierre de la de Almonacid de Zorita, habría que ser críticos y analizar si las inversiones realizadas durante estos años han sido las más beneficiosas y si se han destinado a crear dinamicas de desarrollo económico y empresarial en estas zonas. Según se refleja en algunos estudios, un 52,2% de los habitantes de estos pueblos reconoce estas ventajas económicas, pero también afirman que las centrales nucleares han frenado el desarrollo socioeconómico de sus municipios. Es cierto que las inversiones se han destinado, principalmente, a mejoras de las infraestructuras locales y los servicios sociales. La sanidad, carreteras e infraestructuras, en general, tienen un nivel mayor que en otras comarcas e incluso que en otras provincias, sin embargo casi el 60% de los vecinos afectados cree que cuando se cierra una central, la economía de la zona se resiente, y casi la mitad opina que estos pueblos no cuentan con otras opciones económicas. Es ahí donde hay que poner empeño para que este dinero nuclear no sea pan para hoy, y hambre para mañana.