Brihuega volvió a vivir su tradicional encierro por el campo del 16 de agosto
Cuatro toros de “Joselito” pusieron emoción y adrenalina durante la multitudinaria suelta campera. Galería fotográfica de Rafael Martín.
No era una fecha más, era el 16 de agosto. Fecha marcada en rojo en el calendario de los vecinos de Brihuega. Su día grande. Especial, significativo y particular. Brihuega celebró su tradicional encierro por el campo con cuatro toros. Tras dos años de obligado parón a causa de la Covid – 19, la expectación era máxima. La ilusión se palpaba y las ganas aumentaban según trascurrían las horas previas al encierro.
Desde primeras horas de la mañana Brihuega era un hervidero de aficionados que esperaban impacientes la tradicional suelta, este año con una ganadería debutante: El Tajo y La Reina, propiedad del torero José Miguel Arroyo “Joselito”.
Para la ocasión el consistorio apostó por este hierro emblemático en el campo bravo español, siendo propiedad de uno de los toreros más importantes de la historia reciente de la tauromaquia. Joselito siempre ha estado ligado de manera estrecha al municipio por lo que la importancia del encierro cada día que pasaba era mayor.
Dos toros colorados, uno castaño y otro negro fueron los protagonistas indiscutibles de una cita que todos los aficionados siguen año tras año, siendo punto de encuentro de visitantes llegados de toda la provincia de Guadalajara y regiones limítrofes como la Comunidad de Madrid.
Previo a los tres cohetes, las calles se tiñeron de blanco y rojo por miles de brihuegos para entonar el tradicional “parapachumba” más emotivo y esperado en años.
Pasadas las seis y media de la tarde estallaban los cohetes anunciadores y la manada emprendía camino desde la plaza de toros de La Muralla hacia los campos de Brihuega.
En la calle, miles de corredores intentando coger toro y disfrutar de las mejores carreras en la salida al campo. Los cuatro toros hermanados dejaron pocas opciones y vistosos momentos con los mozos delante de las astas a gran velocidad.
Se quedó rezagado en el último tramo del recorrido el toro herrado con el número 30, de nombre Calé, que más tarde sería el protagonista indiscutible de la tarde dejando grandes momentos en el tramo de las naves con bonitas arrancadas a caballos y corredores.
Su hermano, los toros con los números 8, 73 y 23 emprendieron camino hacia el llano para más tarde bajar a la boquilla dirigidos por gran cantidad de caballistas y aficionados a pie.
El colorado con el número 30 tras arrancadas y grandes momentos en el campo, sería encerrado en San Felipe sin llegar a subir al llano.
Desde las 20:30 horas tres de los astados han quedado en la boquilla para la posterior subida nocturna a San Felipe.
Sobre la una y media de la noche fue encerrado el segundo toro en los corrales de San Felipe junto a su hermano.
Varios atendidos con pronóstico leve por contusiones, caídas y golpes, mientras que un famoso recortador fue atendido tras recibir un revolcón dejándole varios varetazos sin consecuencias reseñables.
Desde el consistorio han querido agradecer la gran labor desempeñadas por las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, Cruz Roja, Protección Civil, voluntarios colaboradores… Garantizando así la seguridad y el buen desarrollo del encierro y de los participantes.
El encierro por el campo de Brihuega es uno de los más antiguos de España, siendo Fiestas de Interés Turístico Regional y un reclamo cada año por su singularidad y personalidad.
La organización del festejo corrió a cargo de la finca Campos Taurinos, de la provincia de Guadalajara. Su parada de bueyes, también debutante en el festejo, dejó un alto nivel en organización y desarrollo del mismo.
Los mansos fueron los encargados de conducir a los cuatro toros durante toda la tarde, guiados por aficionados a pie y a caballo.
Al día siguiente, 17 de agosto, fue la tradicional bajada con los toros encerrados en la plaza de la iglesia de San Felipe hasta la plaza de toros, donde ya se da por finalizado el encierro tras casi 24 horas de duración.
La novillada sin caballos del 17 de agosto por la tarde puso el broche de oro a la programación taurina en honor a la Virgen de la Peña. Unas fiestas que año tras año son de las más importantes de la provincia de Guadalajara.