El fascista Boixeareu

11/09/2015 - 23:00 Luis Monje

Ya se iba demorando la habitual propuesta de un concejal de cada nueva Corporación para cambiar los nombres de las calles de la capital con reminiscencias franquistas. Y como es algo que me afectará a mí, porque me fastidia tener que cambiar mi dirección, aún sin mudarme de vivienda, me apresuro a criticar la propuesta, aunque ya me voy acosumbrando a estas sansiroladas que no sirven más que para enfrentar a los ciudadanos con el recuerdo de unas vivencias de las que deberíamos avergonzarnos todos. Porque nadie protestó cuando se cambiaron las calles del Generalísimo o la plaza de José Antonio. Pero ya está resultando aburridísimo que se rebusque en el callejero cualquier atisbo de concomitancía con el general que ganó la guerra, como si con esos cambios se pudiera modificar su resultado. Y lo que me fastidia, y hasta me irrita, es que llamen fascista por ignorancia, a quien sólo merecería el dictado de franquista, y hasta quizá se sentiría orgulloso de ello. Porque el “pecado” de Boixareu fue mandar una de las primeras compañías franquistas que entraron victoriosas en Guadalajara, victoria que nadie le atribuirá, supongo, de manera personal. Y si era capitán, probablemente sería por ascensos debidos a méritos de guerra, puesto que la mayor parte de la oficialidad franquista comenzó con el grado de alférez provisional, que por algo existía el dicho en la zona nacional de “alférez provisional, cadáver efectivo” porque el alférez tenía que salir a la cabeza de sus soldados para asaltar el parapeto enemigo, y era al primero que disparaban los de la otra trinchera. Por idéntico procedimiento, de jugarse la vida en cada ataque, llegó Franco a ser el general más joven de Europa a los 32 años, por su actuación en la guerra de Marruecos, a la que puso fin en 1.923, como presidente del Gobierno, el general Primo de Rivera, dictador con anuencia del Gobierno de Alfonso XIII, y padre de José Antonio, fundador de la Falange. Y si Franco no murió en tantos asaltos es porque, según los moros, tenía baraka, o sea suerte, chiripa, aunque no se libró de un gravísima herida de un tiro en el vientre al frente de una Bandera de la Legión, que eran las tropas españolas más aguerridas y las que sufrían más bajas. ¡Y menos mal que en 1.939 ya estaba en desuso lo de entrar a saqueo en las tierras conquistadas como el famoso saco de Roma, en el que las tropas del emperador Carlos V saquearon la ciudad en 1.527, y parcialmente el Vaticano hasta hacer refugiarse al Papa en el castillo Sant’Angelo por temor de su vida!?