El ilusionismo alcarreño viaja a tierras zaragozanas

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Lienzo que da título a la exposición.                                                            N.A.
Por: Redacción
Alcarreña de nacimiento pero aragonesa de adopción, Isabel F. Echevarría muestra en su última colección de pinturas ‘El extrajo viaje’ dónde poder descubrir los misterios de un territorio soñado. La exposición puede verse estos días en el Torreón Fortea de Zaragoza.
La artista alcarreña afincada en Zaragoza Isabel F. Echevarría expone durante estos días en la sala de arte del Torreón Fortea, en la capital maña, una magnífica colección de pinturas bajo el título El extraño viaje. Con esta muestra, la artista logra transportarnos a paisajes irreales y estancias imposibles donde, a pesar de lo extraño de los acontecimientos que allí suceden, consigue transmitir también un halo de plácida calma. Las atmósferas que crea consiguen atraernos y casi hipnotizarnos.
En el lienzo que da título a la exposición podemos ver a una mujer que, con los ojos vendados, camina durante la noche por la orilla del río. Aquí ya se ha plasmado bastante fantasía poética, pero aún hay más: el personaje porta una maleta en forma de pez y es aquí cuando Isabel enlaza con el mundo mágico y surrealista que impregna su obra.

Canto a la naturaleza
La naturaleza juega un papel importante en su iconografía; tal vez por eso los verdes de los bosques y los tonos azulados del agua y el cielo constituyen el cromatismo más predominante dentro de su obra. En ella la luna suele presidir, dando luz y misterio, a buena parte de sus escenificaciones plásticas, que con frecuencia se desarrollan en escenarios naturales donde plantas y animales adquieren morfologías desconocidas e inquietantes. Tal vez, con este inventario, la autora trata de representar seres que pudieran existir en otro tiempo, o tal vez acaben existiendo tras extraños fenómenos mutantes.
El ponerse un árbol por sombrero o situar una cama en pleno bosque son algunas de las imágenes con las que la autora es capaz de fusionar con total naturalidad la naturaleza con los elementos cotidianos.

Recurso del ‘collage’
En el catálogo que presenta la exposición podemos leer: “En la obra de Isabel F. Echevarría hay mucha pintura y mucha ilustración: los renacentistas, Durero y sus deslumbrantes flores y plantas; el colorido oceánico de Matisse y de Gaugin; el aura metafísica de Hopper; los ecos del surrealismo y esa inagotable y descarada libertad de Marc Chagall”.
En esta ocasión, Isabel F. Echevarría incorpora el collage a algunas de sus obras y lo utiliza en otras en exclusividad. Independientemente de la técnica utilizada, la riqueza de su mundo brota cual semilla en fértil tierra.
Hija del que fuera un importante y polifacético creador, Antonio F. Molina, la artista demuestra con su obra ser digna descendiente, y que si tal vez si las actitudes artísticas son, en ocasiones, innatas, el haber vivido siempre inmersa en el arte da unos excelentes resultados. Isabel tiene mucho que decir y sabe cómo contarlo.