El papel del voluntario en la sociedad

Guadalajara volvió ayer a demostrar su solidaridad. La Concejalía de Familia y Bienestar Social del Ayuntamiento capitalino organiza durante todo el fin de semana -por cuarto año consecutivo- una Jornada de Voluntariado. No podemos olvidar el importante trabajo que hacen los 31.000 voluntarios que hay en la región, 2.800 de los cuales son de Guadalajara. El voluntariado ha formado parte de prácticamente todas las civilizaciones y sociedades. En sus términos más amplios se puede definir como la contribución (sin ánimo de lucro o beneficio) prestada por individuos para el bienestar del vecino, la comunidad o la sociedad en general. Pero el servicio voluntario puede adoptar muchas formas: desde costumbres tradicionales de ayuda mutua y acciones comunitarias en tiempos de crisis hasta esfuerzos orientados a la resolución de conflictos y a la erradicación de la pobreza. El dilema es precisar lo que entendemos por voluntariado, reconocer el papel actual del voluntario, que está normalizado, está legislado, valorado y socialmente reconocido pero al mismo tiempo también cuestionado en cuanto a que pone en duda las capacidades reales de provocar un cambio social. La participación voluntaria no se reduce a la participación puntual y aislada en una acción, ni tan si quiera al compromiso adquirido con organizaciones sociales, aunque éste pueda ser su máximo exponente. Esta labor debe estar ligada a una concepción progresista, el voluntariado es transformación social, participación y participar es, también, ser protagonista de la vida política y económica. La tarea que desafía a la sociedad es crear el caldo de cultivo necesario que posibilite una transformación con la siembra de valores alternativos a los actuales que dan prioridad al tener sobre el ser. Sin duda, con jornadas como ésta (y con personas como los voluntarios) estamos un poco más cerca de conseguir una superación del auge del individualismo tan de moda en nuestra sociedad.