El 'Retablo Arriacense' de la V. de la Vega

18/10/2013 - 00:00 José Serrano

 
   
  Por simple insinuación del cronista provincial de Guadalajara, Dr. Herrera Casado, hace unas semanas surgió entre los defensores de lo que es nuestro, una preocupación que cundió en cuestión de horas de manera increíble con la adhesión de centenares guadalajareños y de algunos conquenses, a través de las redes sociales. El motivo no era otro que tomar conciencia y reivindicar para Guadalajara el cuadro “Retablo Arriacense” del laureado pintor conquense Víctor de la Vega, adquirido de encargo en el año 1977 con fondos propios, es decir, de sus impositores, por la extinta Caja de Ahorros Provincial de Guadalajara.
 
  Esta magnífica pintura ha estado presidiendo desde entonces la sala de juntas de la entidad alcarreña, hasta época reciente en que fue absorbida con todas sus pertenencias por otra de las nuevas supercajas, Cajasol, surgida tras la reestructuración a la que han sido sometidas últimamente una buena parte de las entidades bancarias de este tipo. La Caja de Guadalajara como tal ya no existe, ha pasado a ser una pequeña porción de la nueva entidad, con algunas oficinas en Guadalajara y provincia, naturalmente que con otra denominación y sin carácter provincial exclusivo ni nada que se le parezca.
 
   El “Retablo Arriacense” es algo así como la provincia de Guadalajara toda plasmada en un lienzo de gran tamaño: sus tierras, sus monumentos más representativos, sus personajes más notables a lo largo de los siglos, que en los treinta y tantos años de existencia del cuadro ha llegado a calar de tal modo en los fondos de la cultura alcarreña, que el público, en sus condiciones personales más diversas -como se ha visto en la adhesión popular e instantánea a esta inquietud-, no ha dudado en considera como cosas propia. La gente ignora qué ha sido de él, y mucho menos conoce cuál será su futuro, tal vez fuera de la provincia. La inquietud popular va en aumento a medida que el público tiene noticia del hecho.
 
  Se ha dado cuenta, por parte de un grupo creado al efecto, a las autoridades provinciales de las diferentes opciones políticas, al parecer sin demasiado éxito por el momento, pidiendo se exija a la nueva entidad propietaria la entrega de la referida obra de arte; si no el cambio de propiedad por donación, sí su permanencia a perpetuidad en la capital de la provincia que lo adquirió y a cuyas esencias representa, siendo instalado bien en las salas del Museo Provincial para ser visto y admirado por el público, bien en la sala de juntas de la Diputación Provincial, en expectativa de que algún día pueda ser propiedad de la ciudad y de la provincia que lo adquirió y a la que representa particular y exclusivamente. No sabemos en qué acabará esta justa reivindicación de los guadalajareños. De momento, la nueva entidad propietaria no se muestra con demasiados ánimos como para atender al sentir unánime de quienes reclaman lo que consideran suyo. Un flaco favor de Cajasol a esta ciudad y provincia, digno de tomarse en consideración.