El reto de las nuevas corporaciones

La jornada de ayer se convertía en el mejor reflejo de la convivencia democrática. Tras la convocatoria de elecciones del pasado 22 de mayo, la constitución de las corporaciones se convierte en la culminación de la participación de los ciudadanos en la composición del gobierno local. Más allá de las dificultades añadidas con la que se encontrarán aquellos municipios donde no se han conseguido mayorías holgadas o pactos políticos que aseguren la estabilidad durante el mandato que ahora se inicia, se encuentra el trasfondo de la crisis. Una recesión económica que se ha dejado sentir en la orientación del voto y de la que los nuevos gobernantes no se podrán desentender a lo largo de los próximos años. La gran mayoría de los presupuestos municipales han sufrido un descenso en torno al 10% de media. Con la disminución presupuestaria aparecerán ayuntamientos vacíos de contenidos y de opciones de gestión, por lo que se hace más necesario que nunca que al frente de los mismos se sitúen personas y propuestas políticas que tengan otro concepto de lo municipal. Hay que empezar a entender el Ayuntamiento como instrumento inteligente que vaya más allá de la mera satisfacción de unos servicios básicos. Según la Ley de Régimen Local, desde estas instituciones se prestan una serie de servicios a los ciudadanos pero, además, los ayuntamientos tienen la potestad de programación y planificación para dar respuesta a las necesidades de los habitantes de su municipio. Y aquí es donde se van a tener que emplear a fondo para dar respuesta a una de las necesidades más imperiosas con las que nos encontramos: el desempleo. No son oficinas de colocación pero tienen la potestad de planificar acciones para atender la situación en que viven sus ciudadanos entre la que destaca el paro. Sin duda más allá de los proyectos e infraestructuras puntuales, las corporaciones que hoy se han constituido tienen por delante el importante reto que supone un cambio en la plasmación del servicio público que prestan a los ciudadanos.