El rey, sus discursos y los aplausos
28/12/2011 - 00:00
Durante las últimas semanas Rajoy, sus ministros y sus propuestas de recortes y salidas para la crisis que acucia al país ha sido, casi, el único tema de conversación compatible con los regalos y agasajos navideños. Sin embargo, desde la pasada Nochebuena, le ha salido al nuevo presidente de Gobierno un serio competidor en los corrillos políticos e incluso entre los comentaristas de barra de bar. Se trata del Rey y sus circunstancias. El caso Urdangarín y las referencias del primer monarca en su mensaje navideño a la honorabilidad y la igualdad de todos ante la justicia se ha convertido en el nuevo trending topic de la calle. Los hay que opinan que el Jefe del Estado debería haber sido más conciso y los hay que incluso consideran que el rechazo de la Casa Real hacia las prácticas del marido de la Infanta Cristina, debería haber sido rotundo y contundente. Lo cierto es que Don Juan Carlos y la Monarquía no parecen pasar por su mejor momento. Ayer en el Salón de Plenos del Congreso se procedía a la Solemne Apertura de la X Legislatura. De nuevo las palabras del Rey se miraron con lupa, como también se hizo con la presencia de los Príncipes de Asturias y la ausencia, por vez primera, de otros miembros de la Familia Real. El discurso de su Majestad volvió a acertar de pleno. No dudó en volver a hacer referencia a la corrupción, de forma indirecta de la propia, de la que tiene en casa, y de la otra, la que afecta a todos los partidos y mina las instituciones democráticas. De nuevo, ha dado la talla y ha superado, con éxito, una de las pruebas más difíciles a las que se ha enfrentado en su reinado. Sin embargo, por aquello del que el mensaje de ayer no hacía más que ahondar en el que miles de españoles ya habían escuchado frente a sus televisores el día 24, lo más comentado era el aplauso cerrado de diputados y senadores (con nimias excepciones) que durante más de dos minutos mostraban de este modo el apoyo incondicional a la Corona de los representantes de millones de españoles. Eso sí que tiene un gran significado.