El romance como medio de comunicación pastoril

14/06/2021 - 08:05 Pedro Vacas Moreno

El romance, o lengua vulgar, nació en el pueblo y se escribió para el pueblo, desde sus comienzos fue el más fiel de sus creencias y de sus sentimientos, cuyos contenidos responden a la fórmula del conocimiento empírico

Con él, los pastores y las gentes del campo se comunicaban, tras- mitían las noticias de un hecho o suceso, se declaraban, cantaban o narraban leyendas, relataban y describían su vida, su oficio, su pensamiento, su nostalgia, sus amores, sus sueños, sus miserias, sus dichas y alegrías, regocijos y contentos; sus bailes y sus danzas, acompañadas de sus instrumentos musicales rabel, cuerno, gaita, ginebra o huesera, fabricados por ellos mismos, de alto valor e interés cultural, que nos documenta la sabiduría de estas gentes sencillas y calladas que trasmitieron por todos los caminos de España sus canciones y romances pastoriles, como el de la loba parda, uno de los más cantados y recitados entre los pastores clasificado entre los romances rústicos.

Estando ya en mi cabaña, pintando la mi cayada, las cabrillas altas iban, y la luna rebajada. Mal barruntan las ovejas, no paran en la majada, vide venir siete lobos, por una oscura cañada.Venían echando a suertes, cual entrará en la majada, le tocó a una loba vieja, patituerta, cana y parda, que tenía los colmillos, como puntas de navaja. ¿Dónde vas, loba maldita? ¿Dónde vas, loba malvada? Refiriéndose al mismo, Menéndez Pidal nos dice: Este gracio- so romance, de pura cepa rustica, auténticamente pastoril, creo que nació entre los pastores de Extremadura, donde hoy es muy cantado al son del rabel, sobre todo en Nochebuena...

Lo que nos permite apreciar el ingenio y la capacidad creativa de los pastores, difundiéndose por transmisión oral y alcanzando popularidad duradera a través de los tiempos, difundidos por ciegos, juglares y declamadores profesionales, que recitaban en las plazas del pueblo, donde el público reunido escuchaba y aplaudía los fragmentos de su agrado, también por los agropastores que, al calor de la lumbre en las largas noches de invierno, declamaban, cantaban y trasmitían sus conocimientos y saberes de forma recitada, porque se recordaba y se aprendía mejor, sabiduría que se encuentra ligada a los pastores desde la Antigüedad. El gran Apolo y el enigmático Hermes, antecesores también en el arte del pastoreo, aparecen como guardianes exclusivos del conoci- miento primigenio,uno luminoso, otro oculto.

De los agro-pastores, pastores y cabreros, estantes y trashumantes, hemos heredado sus villancicos, refranes,adivinanzas, cuentos, leyendas, retahílas romanceadas y romances que se narraban alrededor de las lumbres, en las largas noches de invierno de nuestros pueblos o alrededor de las lumbres, en las largas veladas cañariegas, entre los compañeros trashumantes a la luz de las estrellas, las mismas que les orientan y las que con su reloj marcan los tiempos de la noche:

A las once de la noche, cuando están los cielos negros, de oro forman un broche bruñido, los Astillejos. Un poco más de las doce, el Carro con todo esplendor, hace su entrada en la noche como la Osa Mayor. Por la parte de naciente, un poco antes del alba, las tres Marías anuncian que llega la madrugada.

Estas cañadas actuaban como correa de transmisión de los romances entre los extremos, por ello, no es extraño que el mismo romance sea propio de tierras tan distantes, como el valle de Alcudia y la tierra de Cameros, con las diferencias propias debido a las variaciones producidas por la transmisión oral de los mismos, originando nuevas y numerosas versiones de un mismo romance, como forma de comunicación entre ellos mismos y también con la sociedad, en la que actualmente perduran muchos de ellos, como fiestas pastoriles, romerías, bailes, danzas, loas, autos sacramentales, corderadas o pastorelas en diferentes localidades de España, costumbres de algunos pueblos de Guadalajara como los Cencerrones de Cantalojas, la Loa a la Virgen de la Hoz en Ventosa, pedanía de Corduente, los Autos Sacramentales de Valverde de los Arroyos en la Octava del Corpus, que son similares a las de otras comunidades, o el canto de los mayos en numerosos pueblos de la provincia, cuyo origen se remonta al Cantar de los Cantares a partir de este romance:

-Dime tú, amado de mi alma, donde pastoreas, donde sesteas al mediodía, no venga yo a extraviarme tras de los rebaños de tus compañeros.

-Si no lo sabes, ¡oh la más hermosa de las mujeres! sigue las huellas del rebaño y apacienta tus cabritas, junto a las cabañas de los pastores.

Proclaman sus creencias con las corderadas, pastorelas o autos sacramentales de Navidad que tiene igual o parecido cántico de entrada a la iglesia donde se representaban el día de Nochebuena en la misa del Gallo, siendo este, el acto de culto que los pastores consideraban como propio y obligatorio; no pudiendo asistir normalmente a los actos religiosos de la Iglesia porque sus obligaciones se lo im- pedían, tenían en este día y en esta obra la oportunidad de demostrar públicamente su religiosidad.

-Para entrar en este templo, licencia se necesita, del señor cura el primero, y después de la justicia.

-Licencia ya la tenemos, y la gracia concedida, entraremos los pastores, a cantar la corderilla: para pasar adelante, tomemos agua bendita, que lave nuestros pecados, y nos quede el alma limpia... (cántico de entrada de la corderada)

-Los cencerrones ya estamos, a la puerta de la iglesia, esperando al mayoral, que nos venga abrir las puertas.

-¡Se abran las puertas del templo!

-Las puertas están abiertas, entremos con cortesía, a la casa del Señor, a la casa de María. Y resuene en este templo, una rústica pastorela.

- ¿Qué tal vaíso mayoral, paíce que va alegrillo? ¿Ha vendío bien las corderas, o se ha echao unos tragillos?

-Estuy mu alegre. Porque nus han dicio. q ́en la iglesia, iba a cilibrase una loa.
-Que me ice mayoral? ¿Que en ligle- sia haentrauna loba?

-No, zagalón, no. Que se va a celebrar una Loa, que es una güena Pastorela.... (Cántico de entrada y pastorela de los Cencerrones de Cantalojas)

Proclaman como protector de su rebaño a san Antonio, su santo Patrón, cuya festividad es el día trece de junio, al que invocan cuando se les ha perdido alguna oveja y al que guardan mayor devoción, rezándole en cualquier momento que necesiten de su ayuda.

-Ahora mira, San Antonio, mira lo que te encargamos: que nos guardes las ovejas, cuando te las entregamos, que las ovejas curen de la pata bizmada, que el agua no les haga daño, que no les ataque el lobo, mientras nosotros durmamos.

Romances en forma de nana para dormir a su hijo....