El rótulo no hace daño a nadie

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Ortiga
A riesgo de que nos tachen de nostálgicos o historicistas, valgan estas líneas para reflexionar sobre por qué no debe ocultarse el nombre de ‘Banco de España’ del edificio de la plaza del Jardinillo.
La primera de ellas es que lleva ahí, en ese mismo frontón, desde el año 1934 y que, por tanto, forma parte del recuerdo y la fotografía del pasado capitalino durante décadas. La segunda es que se trata de un edificio protegido, que destila buen gusto y sobriedad al mismo tiempo, por lo que el POM protege elementos arquitectónicos como su fachada, pero si lo hace, lo lógico es que lo haga de la totalidad de su fachada. Si el rótulo pudiera confundir a sus futuros usuarios el sentido común sería el primero que dictaría aquello de ‘borrón y cuenta nueva’ pero, teniendo en cuenta que colocarán otro rótulo más visible, no hay razón para acabar con el antiguo. Hay elementos de nuestro entorno que, por sus peculiaridades, forman parte del acervo popular o definen a sus gentes y, aunque queden viejos, no han de sustituirse fríamente sin, al menos, pensar en los pros y los contras.