El Señorío sale del olvido

28/10/2011 - 00:00 Redacción


Que otra Guadalajara es posible, es algo que dejó de ser una hipótesis y se convirtió en una realidad cuando asociaciones como La Otra Guadalajara comenzaron a reivindicar que la división entre la zona rural y el Corredor del Henares no tenía que ser sinónimo de ruptura, sino de enriquecimiento cultural, económico y social. Es precisamente esta peculiaridad la que compone la realidad de una provincia en la que frente al desarrollo de la zona más límitrofe a Madrid subsisten otros entornos menos poblados que sin embargo despuntan en aspectos como el atractivo turístico. Pero de poco sirve la riqueza ambiental, gastronómica y patrimonial si no existen recursos básicos que favorezcan, no sólo la llegada de turistas, sino los nuevos asentamientos poblacionales y el desarrollo. Bajo esa premisa se presentaba ayer la Coordinadora de asociaciones de Molina de Aragón, que integra a 62 agrupaciones de 58 municipios con una población total de 11.000 habitantes. La entidad no es nueva, nacía en 1999 y desde entonces se han ido consiguiendo algunos logros. El más importante: que la comarca del Señorío no caiga en el olvido. No se resignan a que esta sea una tierra de silencio, vacía, y sin esperanza. Son pocos y, a veces, mal comprendidos, pero han encontrado escucha y apoyo en las administraciones, llegando a algunos compromisos efectivos importantes. El más importante es el del Parador, aunque las expectativas se van diluyendo y según pasa el tiempo el escepticismo es cada día mayor, después de que la primera piedra se colocase hace mes y medio y las máquinas no hayan empezado aún su trabajo. También la demora de la conversión de la N-211 en autovía se engloba en esas propuestas que no llegan pero que en otros tiempos ni siquiera se hubieran planteado como realidades futuribles. En el otro lado de la balanza, los anhelos cumplidos: la Delegación de la Junta o el Centro de Especialidades. Aunque a la Coordinadora le queda mucho trabajo por hacer, el balance de su existencia no pone en duda su efectividad.