El síndrome de la coleta
20/12/2014 - 23:00
Decía el otro día nuestro paisano y portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Rafael Hernando, que el líder de la oposición podría estar aquejado de una enfermedad cada vez más extendida: el síndrome de la coleta. O de una variante de ella que Cospedal ha definido como podemitis. En un primer momento, pensé que estaban exagerando en su diagnóstico, pero ahora creo que están en lo cierto. Pablo Iglesias le tiene comido el coco. Pedro Sánchez no es Rubalcaba cuanto vamos a echarle de menos, me comentaba hace unos meses un veterano socialista -, ni tampoco es Susana Díaz. El actual secretario general del PSOE me parece la ocurrencia en persona o, si lo prefieren, la improvisación en estado puro. Busca el titular como el náufrago un bote salvavidas. Un día propone prescindir del Ejército y otro día demanda funerales de Estado para las víctimas de la violencia de género. Una mañana se levanta con el titular de que conviene derogar el artículo 135 de la Constitución aprobado por Zapatero y por él mismo y después de la sobremesa pide a Rajoy bajarle el suelo a los altos cargos para no crear agravios comparativos.
Para mí que ha entrado en una deriva peligrosa, provocada por las encuestas de intención de voto, por las dudas que genera entres sus propios correligionarios y, sobre todo, por la falta de argumentos contra un Gobierno que intenta rentabilizar en muy poco tiempo unas mejores perspectivas económicas. Pero la credibilidad no se gana con frases ocurrentes, ni con metáforas más o menos brillantes. Proclamar a estas alturas, como hizo el miércoles en el Congreso el Señor Sánchez, que Rajoy es el presidente más retrógrado de nuestra democracia desplazando de ese puesto a José María Aznar , tachándole también de franquista y de ser un nostálgico de la calle es mía que acuñó en su día Fraga, olvidando eso sí la patada en la puerta de Corcuera, es mear fuera de tiesto. Y sólo sirve para crispar más a una sociedad que está hasta el gorro de ciertos dirigentes políticos. El síndrome de la coleta y la podemitis se combaten con alternativas serias y sensatas a la actual política del Gobierno. Pero, claro, esa receta no es la más eficaz para salir en los titulares de prensa.