El sorteo de plazas en guardería de Azuqueca

Tampoco tenían un micrófono para que todo el mundo pudiera oírlo en el mismo volumen por lo que la gente que estaba al fondo de la sala no oían apenas nada. Tampoco había ningún representante de Educación en dicho sorteo, puesto que las tres personas que allí había eran las dos directoras de los centros antes mencionados y una trabajadora del Centro Social que tampoco nos indicó a que departamento pertenecía.

Entre lo poco que pudimos oír escuchamos que este año debido a que en años anteriores se había demorado mucho el sorteo (es que este año era viernes por la tarde y debían querer irse a sus casas lo antes posible) pues que iban a cambiar la forma de sortear las plazas. Por lo poco que se explicaron y por lo que sucedió después puedo explicar el brillante modelo de sorteo que se han inventado para que el sorteo fuera lo mas rápido posible. Rápido fue pero desde luego no fue el mas justo y no se hasta que punto siquiera fue legal.

Empezaron a recortar unos cuadraditos de papel con el número del 1 al 93 que era el número máximo de niños apuntados a los cursos y metieron en una bolsa de tela primero el número total de niños apuntados para el curso de 2 a 3 años y dijeron que habían asignado un número a cada niño siguiendo el orden de las listas, que estaban ordenadas alfabéticamente. En años anteriores dicho número ya aparecía en las listas colgadas en el tablón del ayuntamiento, pero este año no, por lo que los padres no sabían que números tenían asignados sus hijos. Como dijeron que quien quisiera se podía acercar a la mesa a comprobar las listas, pues la gran mayoría de los padres se empezaron a levantar para ver el número que les habían asignado. Entonces la portavoz del sorteo (no recuerdo su nombre) empezó a gritar para que la gente no se levantara y no armaran barullo porque ella leería también el nombre del niño para que no hubiera problemas (yo como me lo olí cuando vi las listas en el ayuntamiento conté en qué posición estaba mi hija para tener una orientación en el sorteo, pero debí de ser la única porque todos los demás querían ver las listas). Entonces se sacó un número, exactamente el 36, que pertenecía a un niño o niña cuyo apellido empezaba por “M” y dijeron que las 18 plazas que entraban a sorteo serían las sucesiva a este niño por el orden alfabético. De aquí viene mi enfado, mi cabreo, mi indignación, y todos los demás sentimientos que me corroen ahora mismo por dentro y que no sé explicar con palabras. Señores, por favor, ¿qué tenemos que entender de esto? ¿Que nuestros hijos porque su primer apellido empiece por “a, b, c, d, e, f, g, h, i j, k, l” no tienen derecho automáticamente a una plaza? Si es un sorteo, todos deberían tener las mismas oportunidades y no tener sólo la oportunidad una vez y, si no te ha tocado, pues mala suerte. No señor, si es un sorteo, es igual de justo para todos y con las mismas oportunidades. Este sistema es totalmente injusto y discriminatorio.

Quiero pedir desde aquí que se nos enseñen, a los padres, las bases de dicho sorteo, como tiene obligación de hacer el organismo que lo celebra, para ver de donde se han sacado que lo que se hizo el viernes. No nos engañen señores, nada mas lejos de la realidad, algunos padres podremos tener mas o menos estudios pero no somos tontos y consideramos que las injusticias se deben denunciar, y eso precisamente es lo que pienso hacer yo desde mi humilde papel de madre perjudicada por este asunto.
Por tanto desde aquí mi denuncia pública hacia organismo competente de quien dependa dicho sorteo, que no ha sido ni justo, ni equitativo para todos los niños que han solicitado plaza en las guarderías municipales.