El valor de la experiencia en el mercado de trabajo

16/01/2011 - 00:00 Encarna Sánchez

Castilla-La Mancha acaba de abrir el procedimiento para evaluar y acreditar las competencias profesionales adquiridas mediante la experiencia laboral o vías no formales de formación. Este proceso tendrá importantes repercusiones para nuestros trabajadores y trabajadoras y responde a una prioridad de CCOO: reconocer y poner en valor las capacidades de personas que han venido desempeñando una profesión pese a no contar con un título académico. El Pleno del Consejo de Formación Profesional -integrado por las Consejería de Empleo y de Educación y por los Agentes Sociales-, acordó en su última reunión iniciar este camino con una convocatoria dirigida a 750 personas dedicadas a la atención sociosanitaria y la educación infantil. En un primer paso, muy relevante en sí mismo, al que deben seguir otros muchos porque son decenas de miles las personas no tituladas que pueden legítimamente aspirar a que el mercado de trabajo les reconozca una cualificación profesional en sus respectivos sectores laborales. Es conocida la postura de CCOO en relación con la necesidad de un cambio en nuestro modelo productivo, del peso que para la creación de empleo sostenible tiene un tejido productivo fuerte y puntero. Pero para ello es imprescindible que nuestras trabajadoras y nuestros trabajadores, nuestro potencial humano, estén cualificados para abordar los retos del futuro, para aprovechar las oportunidades de empleo y, en consecuencia, para asegurar su futuro profesional. Nuestra competitividad depende de ello. La empleabilidad de nuestros trabajadores y de nuestras trabajadoras, también. En este sentido, desde CCOO hemos defendido, por convencimiento y porque así lo marca la normativa vigente, que existen diferentes vías para alcanzar esta cualificación. Una es, indiscutiblemente, la formación profesional, reglada o para el empleo (se dirija esta última a trabajadores ocupados/as o desempleados/as). Otra, no menos importante, es el reconocimiento de la cualificación que nuestros trabajadores y trabajadoras han adquirido a través de su experiencia profesional y de aprendizajes no formales. La primera tiene un valor académico y laboral. La segunda tiene valor en el ámbito laboral. El reconociendo de la cualificación de los trabajadores tiene importantes implicaciones en su desarrollo profesional abriéndoles oportunidades de iniciar y/ o continuar carreras profesionales y, en consecuencia, de su promoción profesional con repercusiones en el ámbito funcional y salarial.