El vaso, ¿medio vacío, o medio lleno?

25/05/2013 - 00:00 Redacción

 
 
Hito histórico sin duda alguna fue el triunfo hace ahora justamente dos años del Partido Popular en la región tras veintiocho años de gobiernos socialistas. María Dolores de Cospedal, la número dos del partido a nivel nacional, se convertía en la primera presidenta de la historia del centro derecha. Lo hacía por escaso margen y beneficiada por la necesidad de cambio que se respiraba en una España muy castigada por el paro y los malos datos económicos y decepcionada por la deriva y flojedad del gobierno de Zapatero que vivía su agonía. Su llegada, con la promesa de creación de empleo y vuelta a la senda del crecimiento, traía ilusión, expectativas positivas y mucha esperanza como solución a las descontroladas cuentas públicas, sin saber que el camino era el desagradable y siempre injusto recorte en el que pagan justos por pecadores. Dos años son poco tiempo para valorar con aprobado o suspenso la gestión de un ejecutivo que ha debido adoptar medidas duras, difíciles, nada populares, feas, susceptibles de enfados y decepciones, de consecuencias imprevisibles, pero serias, responsables y seguramente imprescindibles, al tiempo que mal explicadas.
 
  El desempleo ha crecido, obras importantes como el Hospital General Universitario y el Campus Universitario están paralizadas, se han cerrado escuelas rurales, se ha recortado en recursos educativos, los Puntos de Atención Continuada vieron amenazados sus horarios triunfando sus movilizaciones y han sido muchas las concentraciones y protestas por reducciones o supresiones de subvenciones y todo tipo de ajustes, muchas de ellas politizadas. El remedio parece peor que la enfermedad, pero pensamos que aunque el paciente se encuentre más molesto que antes de ser intervenido, se le está aplicando el tratamiento que le hará- nos hará- mejorar con el tiempo. El déficit ha bajado y las cuentas están mejor. Nos suena lejano y solo vemos peores servicios y desánimo. El tiempo dará y quitará razones al triunfalismo de unos y el tremendismo de otros. El vaso, ¿medio vacío o medio lleno? .