"Emborrachando a los sentidos"
Guadalajara se convertía el jueves en la protagonista del expositor regional de Fitur. Con menos alharacas y más austeridad, los políticos regionales, provinciales y locales intentaban dar a conocer los encantos de nuestra provincia a base del boca a boca, explicando por cada rincón de la muestra por el que pasaban las muchas posibilidades de un territorio que destila encanto por sus cuatro costados. Atrás quedan los años de abundancia, desgustaciones, demostraciones y fiestas, en general, que aprovechando la cita convertían el stand regional en un ir y venir de amigos y conocidos. En esta edición, la crisis aprieta, y los recursos económicos merman pero no la imaginación ni las ganas de seguir potenciando un sector que se convierte, en muchas comarcas, en una esperanza de futuro. Es cierto que el espacio para la provincia es menor, unos 50 metros cuadrados y que la Diputación cuenta con 10.000 euros menos de presupuesto que en la edición anterior. Sin embargo, el impetu por difundir una riqueza que tiene poco que envidiar a otras provincias y regiones, es el mismo. Exponer al público conjuntos históricos artísticos como Pastrana, Sigüenza, Atienza, Molina de Aragón, Palazuelos, Brihuega o Hita; la zona de la Arquitectura Negra y la propia capital, son objetivos prioritarios, como también lo son dar a conocer otros atractivos como las Fiestas de Interés Turístico provincial, espacios naturales como los Parques del Alto Tajo, del Río Dulce, el Hayedo de la Tejera Negra y la misma Sierra Norte; o los alimentos de la tierra, con sus denominaciones de origen (miel de la Alcarria, vino de Mondéjar y aceite de oliva de la Alcarria). Mucho que ofrecer a los profesionales del sector pero también al gran público que no se irán, del espacio reservado para Guadalajara, con mal sabor de boca, sobre todo porque, los organizadores no se olvidan de ofrecer a los visitantes unos deliciosos bizcochos borrachos, una pequeña licencia que sí se han permitido los organizadores y que se convierte en una estupenda metáfora de cómo, la nuestra, es una provincia que emborracha a los sentidos dulcemente.