Empinada cuesta

08/01/2016 - 23:00 Pedro Villaverde Martínez

Son frecuencia suele escribirse por estas fechas de la famosa cuesta de enero. Tras los algunas veces gastos extras suele venir la escasez. La cuesta de enero se ha hecho famosa porque era y es precedida de las entrañables fiestas navideñas en las que los gastos suelen ser extraordinarios y suelen también dejar los bolsillos vacíos. En tales circunstancias llegaban las ya famosas rebajas de enero. Pero ocurre que de unos años a esta parte las navidades se complican y mucho porque nos ha visitado una crisis a la que no le da la gana marcharse. Escribir estos días sobre los gastos y los ingresos resulta más que penoso. Estábamos acostumbrados a vivir en un estado de bienestar bastante aceptable, y pensábamos que los tiempos de carencia y escasez ya habían pasado. No quisiéramos que en estos inicios del nuevo año, en los que siempre se desea lo mejor y que el mirar hacia atrás sólo debiera servir para mejor mirar hacia delante, se convirtiera casi por necesidad en constatar un estado de malestar en muchos sentidos. A nadie le cabe ya la menor duda de que esta travesía del desierto, que suele decirse, está lejos de terminar… por si faltara algo negativo este principio de enero nos llega inmersos en unas elecciones más que complejas de las que tenemos que tener la esperanza de que nuestro convivir y nuestra vida en general sea mejor. Los Reyes magos tan anhelados por todos y más por los pequeños se habrán visto mal para llenar sus cargas sobre los camellos y repartirlos después…aunque todos sepamos que la magia hace fácil lo difícil. Pero lo que sí queremos decir es que a nuestro parecer lo que hemos de pensar es que tal vez hayamos pensado que habíamos tocado cielo en el estado de bienestar y que era irreversible la situación; y ocurre que no sólo se ha bajado la guardia sino que se halla ahora metida la cuestión en unos resultados electorales que son complejos y complicados para el entendimiento. La esperanza es lo que siempre nos quedará y los buenos deseos de que todo se resolverá a nuestro favor. Niños y mayores tenemos que estar seguros de que lo más complicado a primera vista puede aparecer después convertido en una maravillosa forma de vida. Si siempre es conveniente la esperanza ahora es más que necesaria. Esperémosla.