En la línea de salida

Pero más allá de las encuestas que indican que serán unos comicios reñidos, el pulso de la ciudadanía lo que refleja es que serán unas elecciones descafeinadas en las que el debate se centrará en asuntos ‘domésticos’ y no en propuestas europeas. No extraña pues el peligro de la abstención, de que la gente no sepa lo que nos jugamos en estas elecciones y la importancia que tienen, porque dirigir Europa es dirigir, en parte, también, Guadalajara y Castilla-La Mancha. Convocatorias precedentes demuestran que citas como ésta no son de las que más expectativas crean en los votantes, todo lo contrario. En nuestra provincia la abstención registrada en las elecciones de 2004 alcanzó el 47%, es decir, poco más de uno de cada dos alcarreños fue a votar. Esa será la pelea más dura que tendrán que librar los candidatos durante las dos próximas semanas: la de la abstención. Pero, además, los políticos provinciales tendrán la oportunidad de llevar Europa a la calle. Nadie debe olvidar que las elecciones al Parlamento Europeo son trascendentales no sólo para dilucidar la lucha de poder político abierta en España entre los dos grandes partidos sino porque la Eurocámara es una institución con poderes y con un papel decisivo en el futuro de todos los europeos. Es su responsabilidad mostrar todos los logros alcanzados, y reflejar cómo ese órgano utiliza su capacidad legislativa para simplificar la vida de los ciudadanos. Solo cuando se asuma esa importancia sobre los asuntos cercanos se conseguirá que aumente la participación en estos comicios.