Entresijos presupuestarios

04/10/2012 - 19:54 Redacción

Si la semana pasada conocíamos los entresijos del Presupuesto General del Estado (PGE) y de su homólogo regional, durante los últimos días llegaba el momento de diseccionar a ambos para conocer qué partidas se reservaban en estos documentos para nuestra provincia. Como siempre las lecturas del PP y del PSOE han sido dispares y evidentemente la satisfacción no ha sido unánime. De hecho, en un ejercicio en el que se impone la austeridad no iba a ser Guadalajara una excepción. De ahí que el montante de los presupuestos se haya reducido considerablemente con respecto a ejercicios anteriores. Los Presupuestos Generales del Estado destinarán 61 millones de euros a la provincia mientras que los regionales reservan una inversión de entorno a los 12 millones. Sin entrar en mucho análisis, a simple vista, las dos cifras resultan insuficientes para los muchos proyectos que se mantienen en espera. De nuevo se repiten actuaciones como la variante de la A-2 en la capital, el desdoblamiento de la N-211 y la unión entre la A-1 y la A-2, así como otros emblemáticos como el parador de Molina. Sin embargo las partidas resultan, en muchos casos, casi testimoniales, lo que indica por un lado que 2013 no será el año del despegue de las mismas, pero también, que al menos se mantienen dentro de la agenda del Gobierno. Algo parecido sucede con las cuentas regionales, para el próximo año se contempla una inversión en la provincia de 12,1 millones de euros, cantidad que en su mayoría va destinada a obras de mejora en infraestructuras viarias. El Gobierno de Cospedal también se ha acordado de otras áreas como la sanitaria (donde la partida más importante es la correspondiente a las obras del plan director del Hospital de Guadalajara, que se ha presupuestado en 8,3 millones), la educativa y bienestar social. Pero en ellas se echan de menos algunos proyectos tan esperados como el campus universitario. Es lo que toca. Y aunque los más críticos consideran que es un paso atrás, lo cierto es que nos podremos conformar con que se cumpla lo establecido en ellos, algo que, por otra parte, no suele ocurrir.