Erasmus, como nexo de unión de Europa

Hablar de crisis y educación son dos conceptos que cada vez más parecen indisolublemente unidos. Bien porque es una de las joyas de la corona de nuestro sistema del bienestar que está sufriendo los recortes o porque las calles se llenan de estudiantes, profesores y padres que luchan contra el cambio de condiciones, el caso es que nuestro sistema educativo está de actualidad. Hace unas semanas, se sumaba a la crisis educativa, la polémica por la posible falta de financiación para el programa. No podemos olvidar que Erasmus cumple 25 años de sólida historia que ha permitido la formación multicultural de miles de estudiantes. En Guadalajara, cerca de 380 guadalajareños se han beneficiado de este intercambio desde sus inicios. Las escuelas más activas en cuanto a número de alumnos participantes en el programa son Turismo y Estudios Empresariales. Pero no sólo eso sino que nuestra provincia también es un destino ideal para estudiantes extranjeros por su correcto castellano y la ausencia de un acento pronunciado. En un momento en el que Europa se resquebraja, Erasmus rema en la dirección contraria, favoreciendo la circulación de la juventud entre 27 países cuya historia, intereses y sistemas de vida son mucho menos comunes de lo que parece. Cualquier mandatario que hiciera uso de la lógica se daría cuenta que hay que movilizar políticas a favor del empleo juvenil y la integración social, justo el espíritu contrario a lo que representa reducir sustancialmente estas becas, uno de los pocos programas sociales de Europa reconocibles por los ciudadanos. La gran dificultad para crear Erasmus fue política: muchos países consideraban la educación y la cultura como propias de la identidad y de la soberanía nacional. Superado el peligro político, corre ahora el riesgo financiero. Sería una auténtica lástima que, en un momento en el que el nexo de unión social de todos los europeos se hace más necesario que nunca, se rompa con una tradición que ha servido de intercambio internacional durante décadas.