Erre que erre
13/02/2014 - 23:00
Y seguimos erre que erre con la cantinella del aborto. Por favor, los partidarios de semejante masacre, ya pueden recapacitar y hablar de cosas positivas y no incitar a la mujer a que sea la asesina del hijo que ha engendrado, no puede convertir su seno materno en un campo de exterminio. Respetemos la ley natural inscrita en el corazón del hombre. La batalla del aborto en España no ha terminado; sus partidarios consideran que deben conseguir el aborto libre y gratuito. Abortar, llamemos las cosas con su nombre, es matar violentamente a seres humanos que no tienen voz para defenderse. ¿No es escalofriante convertirse en verdugo de inocentes? Con la vida no se negocia, se ama; y hablan de liberación de la mujer, cuando ésta manera de actuar es esclavitud, porque se convierte en esclava de sus vicios, las rebaja y las induce a determinaciones bestiales, embruteciéndolas de una manera tan vil. Esto es una inhumanidad. Veamos lo que nos dice el conocido jurista italiano Baldasarre: (
) ?Los llamados derechos inviolables, los derechos de la persona humana que no deberían ser objeto de relativización, es decir, no pueden ser parte de la negociación política El episodio de unas señoritas desafiando a Monseñor Rouco, no tiene parangón, atacarle de esa manera tan zafia y con semejante atuendo, merece poner los puntos en las ies. Bien dice una canción italiana la verita mi fa male La verdad duele. Presentándose con semejante desfachatez como el escaparate de la carnicería que Dios las perdone y recapaciten. Y aquí viene como anillo al dedo la siguiente frase: si la vida no tuviera por fin dar gloria a Dios, sería despreciable, más aún: aborrecible(Camino 783). Un buen consejo para tratar de vivirlo. No hemos de conformarnos dejando pasar tanta injusticia, tanta inhumanidad. Así somos los hombres cuando nuestro fin es uno mismo. Si pensamos en los demás esto nos ayudará a ser comprensivos, a amar a nuestros semejantes y en el fondo seremos felices.