Escuelas y niños
Parece que los nuevos gobernantes regionales y provinciales llegan, como debe ser, con ganas de hacer cosas. Pero antes de tomar decisiones conviene informarse y pensarlo a fondo para no equivocarse. Escribo de manera generalizada. Quiero decir que no personalizo en las alcaldesas de Madrid o de Barcelona, ejemplos bien claros. Ni tampoco en nuestro flamante presidente regional, García-Page, quien, al otro día de tomar posesión, ya sabía que los terrenos elegidos para el ATC, o Almacén Temporal de residuos nucleares en Villar de Cañas, Cuenca, en pugna con Yebra, no eran los adecuados como habían creído la Junta y el Consejo de Energía Nuclear. Aunque pronto se descubrió que lo que pretendía era proteger las grullas de una laguna inmediata. Algo parecido a lo que ocurrió en los años noventa con las avutardas del entorno de Azuqueca, lo que estuvo a punto de alejar de ella la autopista de peaje. Y lo que consiguió fue retrasar su construcción más de veinte años. No sé cuánto retrasará Page la puesta en marcha del ATC conquense, pero hay que recordar, que España tendría que pagar a Francia y el Reino Unido, a los que tenemos alquilados sendos ATC, una multa de 70.000 euros diarios si el de Villar se termina fuera de plazo. Así que insisto en que no hay que tomar decisiones precipitadas. Podría ser otra de ellas el plan de reapertura de escuelas rurales, (no cerradas en la legislatura anterior, como ha dicho el nuevo delegado de la Junta, sino hace treinta años) De ello daba yo datos en ABC, el 7-7-de 1974, según recojo en mis libros, que cada día son más un vademécum de nuestra historia contemporánea provincial. En ellos se dice que en la década de los sesenta el censo escolar se redujo a la mitad, y hubo que cerrar, sólo en la Alcarria, 64 escuelas por falta de alumnos. aunque se mantuvieron otras, agrupándolas mediante el transporte escolar o internando a los alumnos en las Escuelas-Hogar de la capital, Molina y Sigüenza. El caso es que ningún niño quedó en la provincia sin escolarizar. Las tres o cuatro escuelas que ahora se quieren reabrir tendrán que contar con alumnos, lo que no es tan fácil. Algún Ayuntamiento (¿Canredondo, Sacecorbo?)lo intentó ofreciendo trabajo a familias con hijos en edad escolar, y no obtuvo respuesta. ¿Qué hubiese hecho García-Page en aquella desoladora década en la que los alumnos descendieron en la provincia casi de golpe de cerca de 10.000 a 5.500 ¿ Y, por concretar, en Peralveche de 46 a uno, en Castilmimbre, de 61 a tres; en Renera de 45 a dos, etc.etc. Ergo