Extremismos

04/09/2015 - 23:00 Jesús Fernández

Centralidad y extremismos son dos categorías que sobrevuelan el vocabulario de nuestra democracia. Moderación o radicalismo. ¿Qué se entiende hoy por extremismo? Unos se defienden mientras que otros acusan. Existe un verdadero problema de concepto y definición. Como estamos en una cuestión de relatividad de los espacios políticos, las distancias o diferencias en posiciones, tienen que medirse en relación con la Constitución y no en comparación con otros partidos o situaciones. Ningún partido, por sí mismo, fija o es el centro, ninguno es extremista si respeta el marco constitucional. La Constitución es el verdadero y único centro de nuestro sistema y convivencia que los partidos, inspirados en ella, tienen que encarnar y desarrollar. La simple oposición a otro partido no significa alejamiento y no define, por sí misma, la radicalidad de alguno de ellos. Sin embargo, la raíz “ex” indica fuera de, al borde de, alejado de un límite que es, en nuestro caso, la referida Constitución. Algunos optan por otra vía a la hora de evaluar el equilibrio o moderación de las propuestas y se atienen al contenido. No miréis a la distancia en relación con el centro sino al contenido de las ideas, mensajes o propuestas de un grupo, parecen decir. Por el contrario, el extremismo no es algo político sino jurídico. La escala o posición no es derecha, centro o izquierda sino valores y derechos constitucionales, estén donde estén y vengan de donde vengan La sociedad es muy compleja, las orientaciones son múltiples. La democracia no es unidimensional. Tampoco es neutral o indiferente a la existencia de valores. Los valores no son libres aunque lo sean los ciudadanos. Son los valores los que nos hacen libres y no la libertad la que crea los valores y, desde luego, la libertad no es el único valor absoluto en democracia. No es lo mismo la derecha que la izquierda, el orden que el anarquismo. Pero el extremismo, el radicalismo, el anarquismo existe y se practica en nuestra sociedad. ¿Qué podemos hacer? Primero rechazarle y, en algunos países está prohibido constitucionalmente. El ejemplo de Alemania. Una sociedad centrada es algo más que tener un partido de centro en el abanico o espectro político He aquí las características de una democracia centrada tal como se aceptan en la cultura occidental y europea. Está, en primer lugar, el respeto a los derechos fundamentales de la persona. A continuación reconocer la existencia y el ejercicio de la soberanía popular. En tercer lugar, renuncia a la violencia como instrumento político. Le sigue la responsabilidad moral y penal de los gobernantes. Implantación, respeto, aplicación y cumplimiento de las leyes administrativas. Es esencial, igualmente, la independencia del poder judicial. Finalmente aceptar el pluralismo de los partidos, permitir el derecho a ejercer la oposición por parte de los mismos en igualdad de condiciones. Esta es la centralidad de la sociedad y del Estado de ella resultante. No hay nueva centralidad y fuera de ella todo es externo o extremismo.