Familiares, amigos, y discípulos despiden a la bailarina Mariemma, enterrada hoy en el cementerio de La Almudena

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: EUROPA PRESS
Familiares, amigos, compañeros de profesión y discípulos de la maestra de danza y bailarina vallisoletana Guillermina Matínez Cabrejas, Mariemma, dieron hoy su último adiós en el cementerio de La Almudena de Madrid a la que muchos consideran una leyenda de la danza española, que falleció ayer a los 91 años de edad.
Desde las 11 de la mañana amigos y sobre todo ex alumnos de la compañía que la artista montó en Madrid, 'Mariemma Ballet de España', se agolparon a las puertas de la capilla del cementerio, a donde llegó a las 11.40 de la mañana el coche fúnebre con los restos mortales de quien fue maestra de cinco generaciones de alumnos.

No estuvieron presentes en el entierro miembros del Ministerio de Cultura ni del Ayuntamiento aunque sí de la Comunidad de Madrid. Acudieron al cementerio de La Almudena María José Corredor y María Viñas de la Conserjería de Educación. Los asistentes, y especialmente figuras del mundo de la danza, se mostraron indignados ante la ausencia de representantes de las institucions culturales ya que consideran que Mariemma fue un mito de la danza española.

EX ALUMNOS SE DESPIDEN DE SU MAESTRA.

La despedida de la bailarina reunió a bailarines que habían compartido pupitre en la Academia y que llevaban desde entonces sin verse. El reencuentro fue muy emotivo y hubo tiempo para recordar anécdotas de aquella época. Cristina Marinero y Volga del Castillo rememoraron aquellos viajes de autobús del colegio a la Academia en los que aprovechaban para acabar de vestirse y retocarse el moño. "Era muy bonito salir del colegio y llegar al arte pero también muy duro. Desde los 8 años nos sometimos a una disciplina muy estricta", comentaron tremendamente agradecidas a la maestra a la que tenían "mucho respeto" y que les inculcó que la danza era "una cosa muy seria". Algunos siguen dedicados al mundo de la danza pero otras como Cristina han abandonado. En su caso para dedicarse al periodismo.

Entre los ex alumnos se encontraba Rosa Ruiz Celaá, de la primera generación de maestros formados por Mariemma a la que ayudó en muchas coreografías y que hoy trabaja en el Conservatorio Superior de Danza María de Ávila. Ruiz recordó su generosidad y cómo a la que nombraron una de las siete divinas de la danza bajó del pedestal y se embarcó en una labor pedagógica pública no pagada gracias a la que se elevó el nivel de formación de los bailarines."Ha dejado muchos hijos, nietos y sobrinos en este mundo", comentó emocionada a Europa Press refiriéndose a todas las generaciones que se han criado bajo sus lecciones.

A la cita tampoco faltaron amigos. Entre ellos estaba, Sonia Fausto, vecina del pueblo natal de la vallisoletana, Íscar, que quiso despedirse con la voz y al finalizar una breve misa le dedicó un emotivo 'Ave María'.

Pese a que Mariemma era la última de diez hermanos aún le quedaban familiares directos que acudieron al entierro. Entre ellos se encontraban sus sobrinos-nietos, Paloma, Carlos y Jorge, así como la madre de los chicos, mujer del sobrino de la bailarina que falleció en el año 2000. También estuvieron presentes varios de sus primos de Valladolid y de Madrid.

"UN GENIO DE LA DANZA".

El mundo de la danza tampoco quiso perderse la despedida de la que consideran "un genio de la danza". Tras compartir tantos momentos con ella, también estuvo presente en este último la mano derecha de Mariemma, Mari Carmen Luzuriaga, sobrina del amigo y pianista inseparable de la bailarina durante más de 40 años, Enrique Luzuriaga.

La arroparon el coreógrafo Antonio Pérez, que ganó el 'Maratón de Danza 2007' con la coreografía 'Pléyade', que interpretaron los alumnos del Real Conservatorio de Arte Dramático y Danza Mariemma; el folclorista Juanjo Linares; y quien dirigió durante muchos años el grupo de danza asturiana, Javier Menéndez.

Linares trabajó cuatro años con la bailarina y dijo recordarla con "mucho cariño y agradecimiento porque fueron unas vivencias fabulosas". El coreógrafo que nunca perdió el contacto con Mariemma y no dejó de visitarla estos últimos años, confesó que se encontró muy cómodo trabajando con la bailarina con la que, dijo, recorrió el mundo.

Menéndez también estuvo con Mariemma en dos ocasiones cuando ésta ya estaba en la residencia donde fue ingresada, pero pese a haberla visto enferma la recuerda como una mujer "con muchísima vitalidad". "Trabajé con ella en el 64 cuando Mariemma tenía 47 años y todavía bailaba plenamente", apuntó.

Además de perder a una amiga, Menéndez reconoció que "se ha perdido a una importantísima figura del mundo de la danza". Junto al vacío que han dejado recientemente otros coreógrafos como Alberto Lorca, Pilar López o 'Luisillo', teme que se pierda la escuela del folclore. "Las nuevas generaciones se dedican más al flamenco. Son buenos bailarines pero no es lo mismo", señaló. Menéndez y sus compañeros de profesión clamaron por que se conserve la danza clásica.

Con un enérgico aplauso y con alguna lágrima en los ojos, todos los que compartieron algún momento de los 91 años de vida de Mariemma le dieron su último adiós mientras la tumba fue cubierta con más de una decena de coronas de flores."Su paso por la tierra es patrimonio de la Humanidad", con estas palabras de Ruiz culminó el entierro.