Feria apícola: más por menos

17/02/2012 - 00:00 Redacción


Si hay un máxima que se repite cada día en nuestro país es aquella que nos lleva, en todos los ámbitos, a conseguir más por menos. El origen de esta expresión no es otro que el publicitario y por ello cumple con todos los condicionantes para convertirse en un buen reclamo para el consumo: la frase es corta y contundente, y resume el beneficio del producto incitando a la compra. Ahora en todos los eventos se busca conseguir, o dar, más por menos o, siendo un poco más vulgares, el objetivo final es obtener la cuadratura del círculo que permita ofrecer al cliente/ciudadano aquello de las tres ‘b’: bueno, bonito y barato. Lo vimos con las programaciones navideñas, en las que los municipios invertían menos pero supliendo los euros con altas dosis de imaginación para que los niños no notasen la diferencia; lo vamos a vivir en las actividades carnavalescas y así, sucesivamente. La Feria Apícola, salvando las distancias, tampoco es una excepción. La presidenta de Diputación, Ana Guarinos, el gerente de la Fería Apícola, José Luis Herguedas, y el alcalde de Pastrana, eran los encargados, ayer de presentar, la trigésimo segunda edición de la muestra más internacional de Pastrana. La cita mantendrá la línea de años anteriores, pero con un presupuesto más ajustado. Llega la austeridad a un encuentro que a lo largo de sus más de tres décadas de vida ha visto como su relevancia iba creciendo. Quizá por eso, por su importante consolidación, su internacionalización o porque este sector nunca ha vivido en la abundancia, lo cierto es que los organizadores esperan no defraudar, a pesar de que aseguran recortarán gastos. Ya saben, aplicarán el más por menos. De momento parece que el objetivo se cumplirá si tenemos en cuenta que la cita tendrá los mismos días de duración y contará con un número de expositores similar al de años anteriores, de países como Finlandia, Portugal o Polonia. Al final, la rentabilidad se va a convertir en una buena costumbre en un país en el que el derroche campaba a sus anchas en las distintas administraciones públicas.