Funcionarios

17/02/2011 - 00:00 Antonio de Miguel Antón

La verdad es que hay demasiados funcionarios en esta tela de araña que hemos tejido. Ya no es que haya multiplicidad y solapamiento de administraciones, es que también hay de funciones, de cargos, de entes, de normas, de ventanillas y de funcionarios. Se han creado puestos de funcionarios sin control alguno de incremento de plantilla, puestos para no se sabe qué. Hay labores indefinidas. No existe ninguna auditoría interna que regule esto ni un control en la calidad de lo que se hace, ni del trabajo ni de la convivencia laboral, más tarde hablare de esta convivencia y como afecta al rendimiento. Tres de cada cuatro jóvenes quieren y sueñan con ser funcionarios.
  La seguridad, la comodidad prima por encima de la realización personal o de lo vocacional. Menudas son estas generaciones.  Es una pena que se malogren y se auto desperdicien estos jóvenes, que en muchos casos no podrán o no querrán innovarse y se acomodarán al sistema. Es cierto que no todos los funcionarios son iguales, ni ejercen los mismos contenidos-funciones-oficios-labores. Hay funcionarios de todo tipo, dependiendo de su educación, de su responsabilidad, de su vocación, de su autorrealización, de su dignidad, de su profesionalidad, de sus valores encontraremos un funcionario u otro. Todos tienen un denominador común, su sistema normativo, su organización, la indefinición de responsabilidades, la poca y mala práctica de controles internos, la pasividad y la tendencia a no implicarse de los agentes de control (Inspectores), suelen provocar contradicciones, poca operatividad, lentitud, escaqueo y corrupción. Pensábamos que la descentralización iba a paliar este asunto, pero curiosamente lo ha agravado cualitativa y cuantitativamente. Otro asunto que paraliza, bloquea y enlentece el dinosaurio administrativo son las relaciones laborales y la amistad en los puestos de trabajo.
   Respecto a este tema siempre he pensado que en los trabajos nos guiamos por la amistad con nuestros compañeros, confundiendo confianza laboral con amistad, mezclando en muchos casos vida privada y trabajo. En muchas ocasiones las decisiones laborales vienen determinadas por si nos cae bien o no la persona que tenemos al lado y de esta forma tenemos una respuesta u otra, asignamos un proyecto o no, favorecemos su trabajo o no, tenemos más detalles o no, ensalzamos lo que hace o lo tiramos por tierra. Hay que establecer una clara diferencia entre lo profesional y lo personal, claro, esto no quita que se den relaciones de confianza profesionales y que indefectiblemente aparezcan destellos en el trabajo, de nuestra vida personal, de nuestras emociones, de nuestro estado de ánimo, de nuestros problemas, de nuestras alegrías, de nuestra vida privada. Pero en muchas ocasiones prevalece lo personal a lo profesional y claro esto no puede ser y está siendo.