Guadalajara, en la crisis

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Cartas al director
JOSÉ LUIS MAXIMILIANO ROMO Coordinador Provincial de IU de Guadalajara
La situación del empleo en nuestra provincia es desastrosa. Con casi 16.000 parados, Guadalajara ha incrementado cerca de un 85% su número en un año y eso que todavía no se han contabilizado algunas situaciones de hecho que podrían elevar todavía más la tasa de desempleo.
Las empresas punteras en Guadalajara, que constituían una parte fundamental de su tejido productivo, están siendo desmanteladas por sus propietarios. Así se manifiesta la crisis económica del capitalismo en esta provincia, donde además del drama personal que supone para cada uno de esos 16.000 parados, está el drama social de la pérdida de empleos que serán de difícil recuperación en el futuro. Aquellos que provocaron esta crisis económica, la banca y el gran capital, están tratando ahora de salir indemnes de la misma, a costa de las capas más desfavorecidas de la población, fundamentalmente los trabajadores, que son los que van a sufrir sus peores consecuencias y quienes más se empobrecerán en términos absolutos y relativos.
Entretanto, no se toman medidas políticas para detener esta sangría y paliar los efectos de la crisis en los trabajadores. Los gobiernos autonómico y central asisten a la crisis económica como si de un castigo divino se tratase, como si no hubiese más remedio que aceptar los cierres de empresas rentables y como si no hubiese posibilidad de rechazar los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE), que pululan por doquier incluso en empresas con beneficios. La lista en Guadalajara es muy preocupante. A la desintegración de Avicu hay que sumar expedientes en Tudor, Nestlé, Iberofon, Bormioli (la antigua Crivisa), así como despidos que afectan al 80% de la plantilla en Hispafer y el cierre encubierto como “traslado” a Barcelona de Hitecsa (perdón si me dejo alguna). Como no se han tomado las medidas adecuadas, la pérdida de empleo en estas empresas, alguna de las cuales se van a contabilizar pronto en las estadísticas oficiales, puede llegar a los mil empleos directos y esto sin contar lo que está ocurriendo en la pequeña y mediana empresa.
Mientras los gobiernos parecen mantener la equidistancia, la patronal exige medidas para abaratar los despidos, para dotar de mayor flexibilidad todavía a un empleo ya precario e incluso algunos (la patronal del metal en Guadalajara) plantean no cumplir lo firmado, sin rubor y con toda la naturalidad y desvergüenza del mundo.
La apuesta de la izquierda tiene que ser la contraria: fomentar el empleo de calidad, destinar recursos públicos a evitar su destrucción y facilitar la protección social a quienes lo pierdan. Eso es lo más urgente y hay que tomar medidas en esa línea. Pero hay que ir más allá. El modelo económico imperante (el capitalismo) no tiene entre sus prioridades garantizar el bienestar de la mayoría, sino mantener los privilegios de quienes controlan la riqueza y por ello la apuesta por un nuevo modelo económico es obligada. Un modelo de crecimiento sostenible desde el punto de vista económico, social y ambiental que priorice el bienestar de la mayoría de la población sobre cualquier otro valor.
La situación en Guadalajara en materia de empleo es la más grave de toda la región y una de las peores de España. Desde la izquierda, deberíamos ir pensando en organizar una respuesta contundente frente a los cierres y expedientes continuados de empresas que constituyen una agresión al conjunto de la sociedad. Una respuesta unitaria y conjunta, que inicialmente podría ser una movilización ciudadana para exigir medidas que eviten el desmantelamiento del tejido productivo en Guadalajara y que debería tomarse de forma inmediata, la situación no admite demora. Después ya veríamos, todas las posibilidades están abiertas.