Guirigay

27/12/2015 - 23:00 Pedro Villaverde

Decía Artur Mas, en la noche del domingo, que muchos se habían reído de las dificultades para formar Govern en Cataluña y que ahora se da la misma situación en el Congreso. Desconocemos a quien le hace gracia la convocatoria repetida de elecciones en la región catalana y su ingobernabilidad, o la cantidad de tiempo que tuvo que transcurrir hasta que Susana Díez fuese investida en Andalucía, pero hemos de compartir el paralelismo que efectúa el president. Rajoy mantenía que no votar al PP sería convertir en un guirigay el parlamento nacional y esa es su mejor definición, veinte días antes de su constitución el próximo 13 de enero. Las soluciones no son fáciles porque ni PP y Ciudadanos tienen mayoría suficiente ni tampoco la suman PSOE, Podemos y IU-UP, necesitados de más apoyos parlamentarios, en concreto del radicalizado nacionalismo con el que resulta difícil conciliar posturas y más cuando ni siquiera socialistas y ‘podemitas’ tienen una postura similar. El PP, por supuesto, es el llamado a hablar con todas las formaciones políticas con representación parlamentaria al ser la primera fuerza para intentar formar gobierno y en el reto solo encontrará la complicidad de Ciudadanos y tal vez del diputado de Coalición Canaria. El PSOE, el único con quien podría converger en un gran pacto, cierra la puerta con excesiva brusquedad del que sería el mejor de los caminos hacia la estabilidad que necesitamos como país para consolidar la recuperación económica y defender la unidad del territorio, al tiempo que acometer una modernización del texto constitucional, encontrar nuevas vías de entendimiento con las posiciones nacionalistas e incluso modificar la reforma laboral y educativa para hacerla gozar de mayor aceptación. Las diferencias entre los dos grandes partidos nos parecen más salvables, pero sobre todo más beneficiosas para el conjunto de la sociedad, que acuerdos a cuatro o cinco bandas repletos de concesiones. La segunda vuelta, pero nuestro sistema no la contempla, sería la mejor de las salidas a este laberinto que amenaza con enredarse y que, aunque pueda resultar interesante por forzar al diálogo, hará que esta legislatura sea la más breve de la democracia. Mientras tanto un paréntesis para disfrutar del descanso navideño. Felices fiestas a todos.