Hagamos que los castellano-manchegos crean en la política

21/05/2011 - 00:00 Fernando Redondo

Creo en la política. Comenzar un artículo de opinión con esta categórica y firme afirmación, y más en los momentos que estamos viviendo, posiblemente suene extraño e incluso pueda chirriar. Pero también es necesario defender con honestidad, fidelidad y responsabilidad el ejercicio de la política. Un ejercicio de la política posicionado en el sentir ciudadano. Porque, como recientemente escribiera Baltasar Garzón en REACCIONA, “es el momento, en fin, de encontrar el equilibrio entre libertad, democracia, seguridad y participación política”. En definitiva, la política es ciudadanía y la ciudadanía es política. Por ello, la ciudadanía ha visto necesario intervenir públicamente; lo vemos y comprobamos en nuestras plazas y calles, con indignación y reacción ante la situación que vivimos; situación que provoca, a su vez, un serio debate sobre el “estado de la democracia”: la búsqueda y el ejercicio de una verdadera democracia participativa, con el urgente refuerzo en nuestra dimensión de ciudadanos. Surge un nuevo discurso que tiene y debe ser articulado. Un discurso ideológico sólido desde la opción ciudadana.


    Un discurso que ha mirado de frente a la búsqueda de alternativas, y que busca las posibilidades de acción para mejorar el mundo, que en sí es un reto, y en esa búsqueda de posibilidades debemos situar nuestro desafío. Desafío posicionado desde la intervención pública y ciudadana, en definitiva la participación política; en ocasiones, y está bien recordarlo, por la fuerte vinculación de política a partidismo, olvidamos que también es política la “actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos con su opinión, con su voto, o de cualquier otro modo” (RAE). Una intervención que debe ser creíble y coherente; por eso creo en la política, porque creo en la intervención que se hace desde la realidad, desde el estar y el ser, desde el acompañar, desde el compromiso por y para la inclusión social, en todos sus extremos.


   Creo en la política y creo en la democracia. Una democracia que, como ha señalado María José Fariñas, Profesora de Filosofía del Derecho de la Universidad Carlos III de Madrid, “ha de ser también social, cultural y económica, inclusiva para todos los ciudadanos.”. Nuestro objetivo debe ser transformar la política. Recuperando, como también señala Fariñas, la dimensión ideológica de la política y la dimensión ética de la misma. Existen muchas personas que creen en la política como opción de compromiso y acción, que en su ejercicio no se encuentran tan lejanos de las “voces” (porque otras voces también suenan y se escuchan) que estos días retumban con fuerza e ímpetu en las calles. Buscamos la afirmación, una vez más, y la ratificación de nuestro compromiso por la justicia social y la dignidad humana, buscamos el papel y la dimensión ética y moral de la política, buscamos y ejercemos nuestro protagonista papel como ciudadanos para una revolución con responsabilidad y coherencia.


    Es nuestra lucha. Es la lucha y la suma de muchas voluntades particulares y personales. Pero no podemos y tampoco debemos poner a todos y meter a todos en el mismo saco. Existen ciudadanos comprometidos desde una opción política, comprometidos con el ejercicio responsable de la democracia, que ejercen desde una posición crítica y sostenible su acción en movimientos sociales, solidarios, ciudadanos. No podemos meter a todas las personas en el mismo saco, porque no da igual. Hoy es más urgente que nunca afrontar las cuestiones institucionales fuertes, y continuando con la opinión de María José Fariñas, debemos “recuperar el debate socio-económico, el debate fiscal, el debate redistributivo”. En conclusión, hagamos que los ciudadanos castellano – manchegos crean en la política, recuperando el “valor normativo de la política democrática”, recuperando la “capacidad crítica de los ciudadanos”, recuperando la “dimensión ideológica de la política, especialmente el debate sobre la igualdad y la redistribución”, recuperando la “dimensión ética de la misma” (en entrecomillado las aportaciones de María José Fariñas). No nos equivoquemos. Estas aportaciones, surgidas del Coloquio “Democracia: ¿herida de muerte?, del CIP – Ecosocial, y que pertenecen a María José Fariñas, indican y señalan un necesario armazón ideológico que nos devolverá la mirada hacia una política ciudadana y comprometida. Puede existir reacción e indignación, podemos llenar calles y plazas, pero también debemos ser capaces de canalizar el diálogo y el discurso desde una palabra transformadora de acción política. Es tiempo de acción, es tiempo de política.