Horizontes cercanos, una nueva prueba de amor a la tierra que le vio nacer
01/10/2010 - 09:45
Por:
PINTURA
La Galería de Guadalajara acoge en sus paredes las 32 obras de Antonio Burgos
Sus pinturas intimistas transmiten el amor por su tierra por los cuatro costados. En cada trazo, cada pincelada y cada retazo, en todos y cada uno de ellos deja traslucir el artista guadalajareño Antonio Burgos su cariño por la Alcarria.
Bajo el título de Horizontes cercanos el pintor ha seleccionado 32 obras de distinto formato para darlas a conocer en la Galería de Guadalajara, donde permanecerán a la vista del público hasta el próximo 29 de mayo. El nombre de la exposición proviene porque yo hago, sobre todo, horizontes muy lejanos y se me ocurrió eso, por la cercanía de los temas, aclara Burgos en torno a este juego de palabras. Algunas de sus creaciones acaban de ver la luz por vez primera, mientras que otras vuelven a mostrar al público la riqueza de los paisajes de la provincia, tal y como explica el artista, ya que en todas ellas existe algún elemento significativo de la tierra.
Burgos es el primero en reconocer y fomentar su pintura claramente autóctona. La Alcarria siempre está presente en todo lo que hago, tanto en unas épocas más abstractas como en otras más realistas, porque yo soy de aquí, asegura el pintor sin ningún atisbo de titubeo. Precisamente a día de hoy, Burgos se erige como uno de los principales exponentes de la pintura realista de la provincia, aunque no siempre ha sido así y el propio artista prefiere evitar posibles encasillamientos. El pintor tan sólo recuerda una exposición realizada a lo largo de su carrera en la que dejó de lado el componente guadalajareño. Solamente en una que hice de dibujos y llevé unos cuadros pintados de viajes, de Europa, de Grecia y de Sicilia, evoca el artista, quien no rehúye mostrar el sentimiento más profundo que suscita en él la tierra que le vio nacer y que no es sino su musa más fiel a la hora de dejarse llevar sobre el lienzo. Mi pintura es muy personal, trato de reflejar el alma de cómo estoy yo y lo que siento cuando veo la Alcarria y el cariño que le tengo, afirma convencido.
El pintor considera que sus cuadros son como libros abiertos sobre su estado de ánimo. Al final aparece reflejado en la obra sin que te des cuenta, reconoce Burgos. Fruto de ello da lugar a unas composiciones más vibrantes en lo que a colorido se refiere, en contraposición a tonalidades más suaves que irradian una calma mucho más precisa.
Las composiciones que aparecen bajo el paraguas de Horizontes cercanos se han gestado sobre acrílico, una técnica muy empleada en estos momentos por el artista y se encuentran a disposición del bolsillo caprichoso de algún amante del arte. Tan sólo la acogida de la muestra ya está resultando un éxito, según la opinión del pintor, quien afirma a medio camino entre la modestia y la timidez que parece que ya ha pasado bastante gente a verla.
Sumergirse en un estado de evasión cuando pinta es algo frecuente para cualquier artista. Burgos se hace plenamente consciente de las emociones e influencias que subyacen en el subconsciente de cada uno que salen a flote en cada cuadro y de las que el pintor tampoco se da cuenta de esto. Los viajes suponen otra de sus fuentes de inspiración que enriquecen su visión intimista de la tierra.
Al igual que el trovador es inseparable de su lira, lo mismo le ocurre a este artista con su pincel. Para Burgos, esta vocación llega a adquirir tintes de necesidad, como cauce de expresión de unos sentimientos a los que siempre termina por dar salida. Con ganas o no, la mayoría de las veces terminas pintando, observa. Su primer contacto con los pinceles se produjo a los ocho años con una cajita de acuarelas, que sirvió para dar comienzo a toda una vida dedicada al arte, donde ha cosechado numerosos premios y ha participado en otras tantas muestras, de las cuales ha perdido ya la cuenta, sobre todo las que ha llevado a cabo en Guadalajara, donde tiene por costumbre reaparecer cada tres o cuatro años. El artista, que también experimentó en el campo de la escultura, asegura que se sentirá afortunado si su futuro continúa entre pinceles, con mucha ilusión y con la celebración de alguna que otra exposición.
A modo de curiosidad, cabe señalar que, en un principio, Horizontes cercanos no entraba en los planes del pintor. No obstante, con la reciente apertura de la Galería y su amistad con su galerista Javier Orozco, dieron pie a su ofrecimiento para realizar una muestra conjunta y contribuir así a dar un pequeño empujón a este nuevo espacio dedicado a la cultura.
Burgos es el primero en reconocer y fomentar su pintura claramente autóctona. La Alcarria siempre está presente en todo lo que hago, tanto en unas épocas más abstractas como en otras más realistas, porque yo soy de aquí, asegura el pintor sin ningún atisbo de titubeo. Precisamente a día de hoy, Burgos se erige como uno de los principales exponentes de la pintura realista de la provincia, aunque no siempre ha sido así y el propio artista prefiere evitar posibles encasillamientos. El pintor tan sólo recuerda una exposición realizada a lo largo de su carrera en la que dejó de lado el componente guadalajareño. Solamente en una que hice de dibujos y llevé unos cuadros pintados de viajes, de Europa, de Grecia y de Sicilia, evoca el artista, quien no rehúye mostrar el sentimiento más profundo que suscita en él la tierra que le vio nacer y que no es sino su musa más fiel a la hora de dejarse llevar sobre el lienzo. Mi pintura es muy personal, trato de reflejar el alma de cómo estoy yo y lo que siento cuando veo la Alcarria y el cariño que le tengo, afirma convencido.
El pintor considera que sus cuadros son como libros abiertos sobre su estado de ánimo. Al final aparece reflejado en la obra sin que te des cuenta, reconoce Burgos. Fruto de ello da lugar a unas composiciones más vibrantes en lo que a colorido se refiere, en contraposición a tonalidades más suaves que irradian una calma mucho más precisa.
Las composiciones que aparecen bajo el paraguas de Horizontes cercanos se han gestado sobre acrílico, una técnica muy empleada en estos momentos por el artista y se encuentran a disposición del bolsillo caprichoso de algún amante del arte. Tan sólo la acogida de la muestra ya está resultando un éxito, según la opinión del pintor, quien afirma a medio camino entre la modestia y la timidez que parece que ya ha pasado bastante gente a verla.
Sumergirse en un estado de evasión cuando pinta es algo frecuente para cualquier artista. Burgos se hace plenamente consciente de las emociones e influencias que subyacen en el subconsciente de cada uno que salen a flote en cada cuadro y de las que el pintor tampoco se da cuenta de esto. Los viajes suponen otra de sus fuentes de inspiración que enriquecen su visión intimista de la tierra.
Al igual que el trovador es inseparable de su lira, lo mismo le ocurre a este artista con su pincel. Para Burgos, esta vocación llega a adquirir tintes de necesidad, como cauce de expresión de unos sentimientos a los que siempre termina por dar salida. Con ganas o no, la mayoría de las veces terminas pintando, observa. Su primer contacto con los pinceles se produjo a los ocho años con una cajita de acuarelas, que sirvió para dar comienzo a toda una vida dedicada al arte, donde ha cosechado numerosos premios y ha participado en otras tantas muestras, de las cuales ha perdido ya la cuenta, sobre todo las que ha llevado a cabo en Guadalajara, donde tiene por costumbre reaparecer cada tres o cuatro años. El artista, que también experimentó en el campo de la escultura, asegura que se sentirá afortunado si su futuro continúa entre pinceles, con mucha ilusión y con la celebración de alguna que otra exposición.
A modo de curiosidad, cabe señalar que, en un principio, Horizontes cercanos no entraba en los planes del pintor. No obstante, con la reciente apertura de la Galería y su amistad con su galerista Javier Orozco, dieron pie a su ofrecimiento para realizar una muestra conjunta y contribuir así a dar un pequeño empujón a este nuevo espacio dedicado a la cultura.