In crescendo

20/04/2013 - 00:00 Santiago López Castillo

  
  
  
  No hacía falta ser un lince (Miguel Delibes Jr., ex director del Coto de Doñana, me decía que el lince era el animal más torpe de la Naturaleza porque contradecía el dicho popular y luego le atropellaban por todas partes). Digo esto porque cuando se barruntaba la victoria electoral del PP escribí un comentario premonitorio que titulé “La que le espera a Rajoy”. En efecto. Algaradas, manifestaciones, la calle es nuestra, quema de contenedores, sucursales de bancos destrozadas, asedio a las sedes del Partido Popular, mismamente la guerra de Irak, ¡asesinos, asesinos!, y ahora el acoso y derribo a políticos del grupo conservador, sólo a ellos, ya sean ministros, diputados, concejales, alcaldes, etc., etc. y me niego a escribir la palabra escraches, vocablo barriobajero de los argentinos, que, con su verborrea platense, a lo Valdano, me producen náuseas con perdón de los argentinos incluido, por supuesto, don Alfredo Di Stéfano que, glorioso, siempre estará en la gloria y nunca se miró el ombligo. 
 
   todo esto, el PSOE mira al tendido porque lo alienta en su afán de echar al Gobierno para arrebatar lo que no consiguió en las urnas (reléase la reciente historia de España, el Frente Popular, y podría referirme como autor a Fernando García de Cortázar sin ir más lejos). Desgranando los hechos, pienso que corremos riesgos impredecibles. “ABC”, donde este servidor de ustedes fue subdirector con Prensa Española durante la Transición, compaginando esa tarea con TVE, acierta cuando en una de sus últimas portadas se pregunta: “¿El PSOE, una franquicia de Izquierda Unida? O sea, el Partido Comunista, extinto en casi toda Europa. Y usted ahondaría más: ¿Avanzamos o retrocedemos? ¿Ser “progre” es más libertad o camelo, retroceso, basado por extensión en las demagogias bolivarianas?
 
  Puro nazismo. O más concretamente, comunismo puro. Y si se le ocurre a Dolores de Cospedal denunciarlo, se le ha caído el pelo. Como así ha sido. Tienen que ser los viejos socialistas, tal que Felipe González, Joaquín Leguina o Nicolás Redondo Terreros quienes adviertan -reflexionando en lo que debe ser la política de Estado- del sesgo izquierdista y secesionista que viene tomando el PSOE alentado por los iluminados, enloquecidos y sectarios que encabezan Pérez Rubalcaba y Elena Valenciano. (Menos mal que a Tomás Gómez, el de Madrid, no le hacen ni puto caso, pero es uno más de la bulla que vive en grandes chales).
 
   PD.-El desaparecido José Luis Sampedro, en sus estertores, criticó el sistema y mandó algunas andanadas a la monarquía, tal que estos cutres de indignados, sin recordar que Don Juan Carlos le nombró senador por designación real.