Inclusión/exclusión: responsabilidad de todos
La capital se convertía ayer en el escenario de unos talleres sobre la gestión de la diversidad y la ciudadanía, en los que se apostaba por el análisis de la innovación en políticas de inclusión social con jóvenes. Organizados por la Fundación Simetrías con la colaboración de la Consejería de Salud y Bienestar Social, el objetivo de este encuentro no era sólo analizar la situación en la que se encuentra el colectivo de jóvenes inmigrantes en nuestra provincia sino aportar soluciones para una integración que se hace un poco más complicada en tiempos de crisis, evitando la exclusión social. Desde hace más de una década acogemos en nuestra ciudad y pueblos a ciudadanos de la Europa del Este, marroquíes, colombianos, ecuatorianos, chinos, indios, y debemos, por sabiduría y con inteligencia, encontrar puntos de encuentro, de entendimiento y de intercambio para poder convivir y aprovechar sus diferencias como uno de los factores de rejuvenecimiento y enriquecimiento cultural. En un contexto de mundialización y aumento de las migraciones, no cabe duda que la sociedad intercultural es un horizonte que debe orientar las relaciones humanas y sociales. La interculturalidad va mucho más allá que la multiculturalidad porque plantea las relaciones interétnicas, intralingüísticas e interreligiosas basadas en la convivencia de la diversidad. Pero más allá de la teoría, en un momento de recesión económica como el actual, es necesario pararse a reflexionar sobre los nuevos retos y necesidades que plantean la adaptación de la población más joven, la de los inmigrantes de menor edad, de cara a desarrollar políticas de inclusión social desde un enfoque transversal a nivel local y regional teniendo en cuenta las experiencias nacionales e internacionales. En una provincia como Guadalajara, que lleva años liderando el crecimiento poblacional, no se puede olvidar que el 20% de los jóvenes de entre 15 a 24 años son inmigrantes. De ahí, la necesidad de prestar especial atención a su integración. Un trabajo que se viene haciendo desde distintas organizaciones, con el apoyo de administraciones como el Gobierno regional, pero que para que sean totalmente eficaces deben acabar calando en todos los colectivos de la sociedad, pues todos somos artífices de una buena integración, o culpables de la exclusión.