Indignado con la actitud de los indignados

19/08/2011 - 00:00 Rocío Negret Toledo

¿Cuando Shakira da un concierto en el Nou Camp alguien se acuerda del hambre del mundo? ¿Habla alguien de los miles de millones de euros que se despilfarran con estos eventos? ¿Habla alguien de los miles de millones que se despilfarran con los partidos de fútbol, a diario? ¿Alguien habla, entonces, del hambre en el mundo? ¿Del dinero que se podría destinar al cuerno de África, y no se destina? No. Sin embargo, llega el Papa, y a él se le recuerda todo esto. Parece el único responsable del hambre en el mundo. Y se va más allá. Salen los muchachos del 15M e insultan a los peregrinos. Les amenazan y les dicen: “Con mi dinero te has comprado tu mochila”.

 

   Es cuando se pone nuevamente de moda el movimiento antiglobalización y todos esos chavales, sin nada que hacer, de manera frívola, y sin un trasfondo vital, desorientados, salen a la calle y la lían para hacerse escuchar a base de no respetar al contrario. Demencial. Yo me pregunto: a ellos, y a las asociaciones laicas, ¿qué demonios les importa que un millón de chicos y chicas de su edad lleguen a Madrid para venerar al Papa? Dejádles en paz y que piensen como quieran, que tienen el mismo derecho que vosotros. Sin embargo, los peregrinos marcan la diferencia: respetan las opiniones del contrario, porque, en el peor de los casos, no les importan. No se ven sumidos en la vorágine de falta tolerancia, de aquello de “soy tolerante con los que comparten mis ideas porque, de lo contrario, ellos son los intolerantes”.

 

   Caminamos en medio del caos y nos movemos como pollo sin cabeza, sin rumbo, impulsados por la manipulación que procede de los medios de comunicación. Entre medias, los valores van desapareciendo, sin que nadie se dé cuenta. Al final, los poderes fácticos harán con nosotros, unos y otros, lo que quieran. Seremos, y estamos siendo, marionetas, porque muchos de nosotros no tenemos ni conocimiento, ni ganas, ni base espiritual, como para afrontar los duros momentos que se avecinan para el libre pensamiento, para expresarnos en libertad con criterio propio e independencia. La solución: la apuesta por el individualismo para formar parte de un colectivo, y no viceversa, porque, en ese caso, somos pasto de la manipulación.

 

 

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