Ininteligible

11/06/2015 - 23:00 Pedro Villaverde Martínez

Cada vez que uno pone la televisión o echa un vistazo al periódico o escucha comentarios a su alrededor…tiene la sensación de que las cosas siguen mal. Escuchar tertulias es igualmente para llorar. Puede que sirvan algo para pasar el tiempo, pero como la mayoría tratan de eso que hemos dado en llamar crisis y todas las consecuencias que la misma va teniendo, además de ver de forma palpable cómo la situación lejos de mejorar parece ir a peor, resulta que es para llorar y apagar el televisor o la radio. Pero la vida sigue… hace poco hemos tenido elecciones, hoy se constituyen los ayuntamientos, hay pactos a doquier, el mapa político se complica y parece que la todavía situación difícil de la economía se suma una cierta inestabilidad política. Cierto que vendrán con nuevas ideas y las mejores intenciones…pero si no fueron capaces antes de evitar o parar o minimizar al menos la crisis, por qué ahora hay que creernos que sí lo serán y no hablamos de quienes todavía tienen todo por demostrar. Hay muchas cosas difíciles de explicar y muchas, tal vez más, de entenderlas. Estar continuamente haciendo actos de fe no resulta muy creíble. Tenemos inteligencia y sin querer o mejor queriendo tenemos algunas veces la necesidad de que no la veamos insultada y sí que escuchemos o nos digan algo creíble. Estamos convencidos de que la crisis acabará, pero eso sea quien sea el que gobierne, aunque sólo sea por aquello de que no hay mal que cien años dure, pero de ahí a que nos creamos cuanto nos digan en periodo electoral va mucho trecho. No vamos a extendernos en las muchas cosas que a cada cual le pueden resultar ininteligibles…Tampoco vamos a repetir lo de la corrupción, el despilfarro y otras cosas que andan demasiado sueltas por ahí y que tal vez tendrán mucho que ver con la situación tan mala en la que parece que nos encontramos y por supuesto con el confuso resultado electoral.Seguramente que el número de indignados sea mayor de los que se manifiestan. Aquí sí que podríamos decir aquello de quién me compra un lío, porque ciertamente que resulta difícil entender muchas cosas. Todo esto de pactos y demás puede a más de uno dejarle perplejo…Esperemos no obstante en el refrán de que siempre que llovió escampó