Insolidaridad madrileña

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Ortiga
Aunque debería primar el interés general de los vecinos, fuese de donde fuesen, por encima de los intereses de dos comunidades autónomas de diferente signo político, lo cierto es que, en la mayoría de los casos, los acuerdos que ambas deben alcanzar tardan en llegar, muy a pesar de los alcaldes. En su particular lucha por tener mejores vías de comunicación con Madrid, el alcalde de El Casar se ha encontrado con el “no” de la Comunidad vecina a su petición de ensanchar la M-117.
Su ubicación en la Campiña Baja, muy próxima a la capital del país, con unas 24.000 personas viviendo en la localidad, hace que sus problemas sean muy particulares y diferentes al resto de los municipios. La mitad de los vecinos no están empadronados en El Casar–la mayoría siguen en Madrid– pero sí utilizan diariamente dicha carretera –según el alcalde el 90 por ciento del total de los vecinos– para ir a trabajar. Una vía estrecha, de un único carril por sentido, sin arcenes, clave para llegar a la capital y que la Comunidad de Madrid considera, a pesar de las justificaciones del primer edil, que no soporta el volumen de tráfico tan elevado que éste especifica. Sólo mejorará con una rotonda y cuatro pasos de peatones, que no ejecutará el Gobierno madrileño.