José Miguel Peñas: “No debemos ser tan dependientes de la logística como lo fuimos del ladrillo antes”
El CEO de SRP teme que se pierda la oportunidad de pensar en “la Gran Guadalajara”.
El Grupo Peñas lleva años inmerso en un proceso de ampliación que le ha hecho saltar fuera de las fronteras de la provincia y diversificarse a través de la adquisición de distintos negocios. Uno de los últimos pasos que ha dado ha sido su entrada en la Asociación de la Empresa Familiar de Castilla la Mancha (AEFCLM), uniéndose a grandes firmas como Joma, García Vaquero o Grupo Santos. Su CEO, José Miguel Peñas de Pablo, forma parte intrínseca de la actualidad económica y social de la provincia, prestando también servicios de gestión a miles de autónomos. Ahora analiza las dos caras de la evolución económica y laboral de la provincia, de las tasas de desempleo, y las opciones de futuro y retos de un Corredor con gran potencial para convertirse en una “Gran Guadalajara”.
¿Cómo ve el desarrollo económico y laboral de la provincia?
Guadalajara lleva varios años con un crecimiento económico sostenible, por encima de la media regional. Su proyección y desarrollo son optimistas en el corto y medio plazo, al menos hasta 2030. Según los últimos datos publicados por el INE (2023), el salario medio en Guadalajara es de 23.045 euros. Es la octava provincia con los salarios más altos de España y está muy por encima del resto de la región. Estamos en un momento óptimo para tomar decisiones y crear infraestructuras que beneficien a la provincia y sus ciudadanos. Es verdad que existe una gran incertidumbre entre la pequeña y mediana empresa porque las familias cada vez tienen menos renta disponible y por la inflación, la debilidad gubernamental nacional y europea y los aranceles de Estados Unidos, pero salvo shock exógeno, se ve algo de estabilidad en los próximos trimestres.
La provincia lideró en el último trimestre la caída del paro en Castilla La Mancha ¿A qué atribuye este buen comportamiento?
Los últimos datos de la EPA y del paro indican que la provincia tiene un 9,06% de desempleo, tanto por debajo de la media nacional (10,29%) como de la media autonómica (13,23%). Incluso la capital (10,07%) tiene mejores datos de paro que otras ciudades cercanas y parecidas en población. El mayor problema es que, aunque la dinámica de creación de empleo es positiva, el desempleo existente empieza a ser considerado estructural. Va a ser muy difícil ver cifras por debajo del 8% de paro en los próximos años y es necesario preguntarse por qué. Los empresarios se piensan muchas veces contratar una persona adicional porque el horizonte está lleno de dudas, con reformas laborales, reducción en la capacidad de ahorro familiar y encarecimiento de la vivienda.
El sector logístico es la locomotora de empleo provincial, pero también está llegando industria. ¿Cómo ve el panorama?
La logística obviamente tira del empleo, ya que en Guadalajara se desarrolla la cuarta parte de esta industria a nivel nacional, creando entre 40.000 y 50.000 puestos de trabajo directos. El convenio de logística es más ventajoso respecto a otras industrias de la zona y está generando un efecto llamada que atrae mano de obra. En términos generales es positivo para la economía porque aumenta la renta media provincial, pero está provocando falta de profesionales en sectores tradicionales. Se debe aprovechar este clúster logístico para incentivar otras industrias y que nuestra economía no sea tan dependiente de la logística como lo fue del ladrillo antes de la crisis de 2008. Creo que nuestro empresariado provincial aprendió de esos errores y está diversificando negocio, fijando población y atrayendo talento de Madrid.
Alguna vez incluso se ha llamado la atención sobre la escasez de mano de obra cualificada en la construcción local.
Efectivamente, actualmente existen muchas vacantes en hostelería, construcción e incluso servicios. Debido a esta carencia de profesionales, muchos locales de restauración y de ocio han tenido que reducir turnos, las empresas de reformas y rehabilitación tienen lista de espera de semanas o meses y el sector servicios demanda trabajadores que actualmente se encuentran en la logística o en la industria. Ya no es solo un tema económico, sino de condiciones laborales, conciliación familiar, plan de carrera o previsión de estabilidad en la próxima década. Las empresas, no solo en Guadalajara, tienen que aprender a hacer mucha formación interna y competir por los profesionales más capacitados. No es un problema solo de la construcción, sino de todos los sectores, incluido el primario.
Ese descenso del paro es un fenómeno nacional. ¿Va tan bien España como nos dicen?
Las cifras económicas de España son profundamente engañosas desde el punto de vista macroeconómico. Actualmente hay más empleados ocupados, pero se trabajan menos horas totales que antes de la pandemia. También hay que tener en cuenta que la presión impositiva ha crecido y nuestra deuda ha superado los 1,7 billones de euros, el 103,5%. Las familias han visto como se ha reducido su poder adquisitivo y sobre todo su renta disponible, lo cual ha provocado un aumento de los créditos personales y del horizonte de devolución de las deudas hipotecarias. El desempleo está llegando a su límite estructural y una modificación de la jornada máxima en los términos planteados generará inflación y/o reducción brutal del capital fijo. Puede que haya buenas noticias en la evolución económica pero, como vemos, también las hay malas. Y no es algo único de España, en general, cada vez más países de la zona euro tienen el mismo problema de falta de productividad, elevada deuda pública y mayor factura social tanto por servicios públicos como por envejecimiento de la población. No tiene fácil solución sin que cada gobierno asuma un coste político que obviamente prefiere no asumir.
En el lado negativo, Guadalajara capital registra el alquiler más alto de Castilla-La Mancha. ¿A qué lo achaca?
Guadalajara se estabilizó en población tras la crisis de 2008, con alrededor de 83.000 vecinos, pero en el último lustro crecemos en torno a 2.000 habitantes al año. Guadalajara se ha duplicado en una generación y quintuplicado respecto a nuestros abuelos. A toda esta población hay que darle un lugar de residencia y, tras la crisis de 2008, no se ha habilitado un parque de vivienda acorde a las necesidades. La pandemia ha cambiado los hábitos de trabajo y cada vez es más normal que una persona que teletrabaje en Madrid viva, por ejemplo, en Alovera. La expulsión de población de Madrid está empujando al alza el coste de residir, ya sea en renta o en alquiler, en Guadalajara. Por otro lado, desde el punto de vista de bienestar social, nuestra ciudad es inmejorable. Contamos con una de las mayores esperanzas de vida del país o el segundo mayor ratio de zonas verdes, aunque podemos mejorar en la oferta cultural, comercial, o gastronómica.
¿Qué piensa de la Zona Franca que se quiere crear en el Corredor?
El proyecto es muy interesante e importante para el desarrollo industrial, comercial y de infraestructuras, pero en un entorno de aranceles globales, tienen poco recorrido las zonas francas regionales. Si sale adelante será motivo de celebración, pero la prudencia y la realidad no invitan al optimismo. La Unión Europea está revisando la recaudación por IVA de todos los socios comunitarios para sufragar el prometido gasto en defensa y la realidad es tozuda. Sería muy positivo para el Corredor, pero salvo que exista algún argumento estratégico que supere la mera visión comercial, es casi imposible que ocurra en el corto o medio plazo.
¿Cómo estará Guadalajara dentro de un año?
Guadalajara tiene una oportunidad fantástica para tomar decisiones que beneficien a sus vecinos en el medio plazo. Es la octava provincia que más ingresa por rentas, es la que más población en términos porcentuales gana, se localiza en la parte rica de España, tiene Madrid a menos de una hora de distancia expulsando población y ha aprendido de los errores de la última crisis. Con estos mimbres, en vez de pensar con las luces cortas, hay que poner las largas planificando la ciudad que se desea para la próxima generación. En vez de pensar solo en la capital de provincia, hay que pensar en el área de influencia metropolitana, en la Gran Guadalajara, que dentro de pocos años tendrá un cuarto de millón de habitantes.