Juego peligroso

07/12/2014 - 23:00 Pedro Villaverde Martínez

Que el hombre es un ser sociable por naturaleza nadie lo pone en duda pero que es discordioso por vicio también es algo que parece patente. La convivencia es necesaria pues de lo contrario el hombre se convierte en un lobo para el hombre, como dijera el filósofo. Algo tan extendido y seguido por la gran mayoría como es el deporte del fútbol se ha convertido en fatal cuando ocurre lo de esta última semana. Sabemos que el juego es algo que tendría que servir para mejor desarrollar esa sociabilidad de la que hablamos…sin embargo algunas veces se convierte en campo de batalla y motivo de destrucción…Difícil nos resulta escribir esta semana sobre esta sociabilidad que debe darse entre los seres humanos después de ver el tristísimo acontecimiento con resultado de fatal desenlace de un joven muerto por una rivalidad difícil de entender cuando llega a este fatal término. Faltan palabras para expresar el dolor que puede llegar a causar una circunstancia como ésta. Aparece aquí ese aspecto discordioso al que hacíamos mención al principio. Que el deporte es algo bueno y saludable nadie lo duda, pero que llegue a estas fatales consecuencias estamos seguros de que nadie puede no reprocharlo. Nos faltan palabras para expresar que algo tan saludable como es la concordia y amistad que puede darse en estos grupos de jóvenes pueda llegar a estos fatales resultados. Uno no sabe o no comprende estas situaciones porque aunque suele darse estos movimientos de jóvenes o algo menos creemos que su finalidad es divertirse y pasar un rato o unos días incluso de juerga o diversión. Qué ocurre para que se den estos hechos tal vez sean los sociólogos y otras personas entendidas los que puedan llegar a algunas conclusiones. Que suelen ocurrir rara vez es cierto pero es que una ya es demasiado…El hombre debe ser un ser sociable por naturaleza…pero también añadía el filósofo que era discordioso por vicio como decíamos al principio. No queremos seguir sobre tan escabroso tema y sí desear que no vuelvan a repetirse estos más que tristes acontecimientos. Que el juego sirva para divertirse, pero que el resultado de todo ello sea sólo la diversión. Y que no se juegue con fuego porque el que lo hace y con frecuencia suele quemarse.