La agonía socialista
Tras leer con atención las últimas encuestas publicadas por los medios nacionales, cada día estoy más convencida de la victoria del Partido Popular en Castilla La Mancha y del final de un régimen cuyos pilares se han basado en los últimos años en la corruptela, en el clientelismo y en el escándalo.
Parece evidente que las últimas declaraciones efectuadas por el presidente de Castilla La Mancha, José María Barreda, tanto al hablar de una catástrofe electoral como de reconocer un empate técnico entre Partido Popular y PSOE, según sus propias encuestas, no hacen sino confirmar el fin de ciclo del PSOE en la región. Esta tendencia, unida a los pelotazos de los últimos meses, como la Ley Electoral, la quiebra de CCM, el aval a sus amigos del aeropuerto de Ciudad Real o la subida encubierta de sueldos a principios de legislatura, parece que por fin han servido para abrir los ojos de miles de castellano manchegos que durante años vivíamos anestesiados pese a que nuestra región siempre ocupaba los puestos de cola en todas y cada una de las clasificaciones nacionales.
Ahora, cada declaración del presidente Barreda, cada movimiento estratégico del PSOE y cada gesto de cara a la galería tan solo demuestran la torpeza socialista en asuntos de interés para el ciudadano, y sobre todo, la agonía socialista ante los últimos coletazos de la crónica de una derrota anunciada.
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