La cal y la arena en Sanidad

14/12/2012 - 00:00 Redacción

 
  En un lugar de la región de cuyo nombre no parecían acordarse no existía un servicio sanitario, del que si disponían las otras catorce localidades más pobladas de aquella comunidad autónoma. En aquella misma provincia tampoco había un Puesto Médico Avanzado y, hasta en tres ocasiones en este último año, tuvieron que recurrir al de un territorio vecino para atender diferentes emergencias. La razón no alcanza a entender que situaciones como estas se prolongasen a lo largo de los años, muchos de ellos de bonanza económica. Triste espectáculo, encima, el dado, especialmente en las redes sociales, desde que el domingo se anunciase por el Gobierno regional que la cuarta UVI móvil de la provincia se ubicaría en Azuqueca. Comenzó entonces la absurda lucha por la paternidad de la idea. Lo cierto, parece, es que no estaba consignada en los presupuestos regionales del gobierno anterior tal partida.
 
  La crispación, vivida también durante la inauguración, sin embargo, no quita que se haya ejecutado una acción acertada y necesaria que supone una mejora en los dispositivos de urgencias de nuestra provincia, que evitará desgracias como la muerte de un joven de 24 años en 2010 en Villanueva de la Torre por tardía atención. El Puesto Médico Avanzado, que vendrá a Guadalajara, se convierte en la segunda buena noticia sanitaria de la semana y corrige una discriminación en toda regla. Pero dar una o dos en el clavo y cien en la herradura tampoco es para lanzar las campanas al vuelo, ni olvidar todo lo mal hecho. Son ya demasiadas las ocasiones en las que hemos tenido que alzar la pluma para defender que ningún recorte afecte a la Sanidad, lo último de todo que se puede perjudicar. Y si a la ecuación se suma la palabra Molina, una comarca con muchos pequeños núcleos poco poblados, las injusticias se multiplican. Una cosa es reorganizar, pero muchas veces esta palabra encubre recortes. Pensamos ahora también en los Puntos de Atención Continuada, esenciales para nuestros pueblos. La vida de las personas está en juego y por ahí no se puede ahorrar.