La crisis de los menos pobres

25/08/2012 - 00:00 Redacción


Es muy cierto y manido ya de tanto escribirlo o hablarlo que la situación que se vive en toda España es mala en cuanto a la situación económica. Son muchas las familias que sufren para llegar a final de mes porque no tienen ingreso alguno con todos sus miembros en situación de desempleo y ese último subsidio con el que no se pueden sufragar los gastos de una casa y unos hijos. Muchos autónomos han visto como se han quedado sin negocio por el descenso del consumo y han cerrado o están aguantando con mucho sufrimiento. La crisis existe, es real y todos estamos viendo a personas cercanas padecerla hasta el extremo, pues sufrirla, con mayor o menor incidencia, todos, pensamos que sin excepción, salvo algunas grandes fortunas, tal vez. Sin embargo cuando levantamos un poco la mirada y oteamos el horizonte vemos que hay otros lugares del mundo donde la pobreza forma parte de la vida habitual de sus habitantes. Para ellos no es excepcional pasar hambre, no tener ropa, calzado roto, no disfrutar de juguetes, el agua caliente, un televisor, un restaurante, un ordenador, un móvil, un coche… Cuando observamos el rostro y el testimonio de los niños del Sahara o de Ucrania que estos días están por Guadalajara pasando sus vacaciones nos damos cuenta de que somos unos privilegiados y tal vez muchos cuando ven su sonrisa, perplejos. Para esos pequeños, que estando aquí echan de menos tanto a sus familias, nuestra forma de vida, nuestras casas, es el paraíso. Sanidad universal, libre y gratuita, pese a recortes y temores, educación para todos, pese a las últimas medidas, un subsidio que permite al menos comer. Nuestros derechos, fruto de la lucha de generaciones, justos y razonables, merecidos por supuesto, son para otros un sueño, una utopía. No es consuelo ver que otros sufren más, pero el darnos cuenta de que existe otra realidad mucho más desoladora si debe ser excusa para la reflexión y sobre todo para la solidaridad y el trabajo por un mundo más justo.