La educación como respuesta
08/05/2012 - 00:00
En tiempos de desempleo los futuros trabajadores ahondan en su formación para que su mejor preparación les ayude a entrar o volver al mercado laboral. Pero la educación para ser parte integrada en una sociedad va mucho más allá de la adquisición de conocimientos o habilidades para el desarrollo de funciones que resulten de utilidad. Educación es también saber comportarse y actuar en el colectivo del que se forma parte desde la familia, el colegio o el barrio hasta el trabajo. Lamentablemente en más ocasiones de las entendibles las personas pierden las formas y faltan al respeto al resto de los ciudadanos haciendo pintadas, rompiendo mobiliario urbano, orinando en las calles, ensuciando o cualquiera de las otras múltiples acciones que se recogen en muchas ciudades en las llamadas Ordenanzas de Convivencia. Su lectura resulta sonroja en una sociedad civilizada por parecer inverosímil que haya que prohibir conductas que son simplemente faltas de educación y que haya que imponer sanciones económicas para cohibir a los infractores de su realización. Pero así es.
En 2009, el Ayuntamiento de Guadalajara tuvo la acertada idea- porque los resultados así parecen juzgarla- de sustituir las multas por acciones de formación en el caso de los menores. Desde entonces han sido un total de 140 los chavales que han sido educados, primero, en el conocimiento de la Ordenanza y en lo que no se debe hacer. Después, en los peligros del alcohol y las drogas, especialmente de la dependencia que causan, de las posibilidades de ocio alternativo o el aprendizaje de la convivencia y el respeto al entorno. Este sábado se celebrará una nueva jornada que a su vez enseña una lección tan sencilla a los educadores como que el castigo no es en ocasiones la mejor forma de corregir una actitud en personas a las que todavía se puede moldear en su personalidad y convertir en ejemplares ciudadanos. Para algunos será una perorata, mejor que pagar una multa, para otros servirá de lección de futuro.