La exclusión social de la etnia gitana

Durante años se viene trabajando en nuestra ciudad por la integración gitana. Barios como San Vicente de Paul, La Rambla, Alamín, Escritores o Casas del Rey han sido las zonas elegidas, tradicionalmente, para que administraciones y asociaciones centren sus esfuerzos para evitar discriminaciones sociales con respecto a este colectivo. Recursos de orientación y de búsqueda de empleo son los más habituales y con ellos se pretende acabar con cualuier tipo de distinción en la ciudad. Buen ejemplo de esta labor es el hecho de que España sea uno de los países que mejor ha resuelto los problemas de exclusión social de la minoría gitana. Las políticas de acceso a la vivienda, a la sanidad y a los servicios sociales, además de la educación, vienen dando sus frutos. Sin embargo todavía persiste una distancia social entre este grupo y el resto de ciudadanos, debido a la marginación, la indiferencia, los prejuicios, los esteorotipos y la generalización. Los nuevos retos a los que se enfrentan los organismos y asociaciones son mejorar su educación y su situación laboral. En el colectivo gitano todavía hay analfabetismo y absentismo escolar, aunque, estas tasas se están reduciendo. Por otro lado, su situación laboral está haciendo frente a la competencia de los inmigrantes, que también se dedican a sectores antes, casi de su exclusividad, como la venta ambulante por lo que el objetivo es que esta minoría se pase al empleo normalizado. Pero ambos propósitos no son fáciles de conseguir y por ello habrá que seguir trabajando. Eso sí, desde el respeto a su concepto de vida. Pueden existir pueblos que no tengan territorio, pero sí mantienen su cultura. Éste es el caso. Por ello hay que desechar los tópicos y falsedades sí realmente buscamos una verdadera integración. Para la mayoría de los ciudadanos su presencia no suscita rechazo pero todavía no está todo hecho. Hay que seguir trabajando en esta línea que tan buenos resultados viene dando en las últimas décadas sin bajar la guardia..