La insolidaridad murciana con el agua

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

ORTIGA
Está claro. Los murcianos prefieren acabar definitivamente con el ecosistema del Tajo antes de que a sus regadíos les falte agua. Y es que necesitan mucho caudal, no sólo para aquellos que funcionan legalmente dentro del sistema de regulación del trasvase, sino para aquellos pinchazos ilegales y otros usos turísticos.
La historia es bien sencilla, no requiere grandes inversiones. Mientras en época de lluvias el agua del Tajo se utiliza para regar, las desaladoras trabajan al ritmo suficiente para llenar los embalses postrasvase. El gasto, entonces, sería mínimo. El impacto medio ambiental que dejaría de afectar a sus costas sería el que recaería sobre las espaldas de los ribereños. Seguirían, como lo están haciendo, usando el agua del Tajo en época excedentaria en su propia cuenca del Segura y, cuando no pudiera ser, una vez hubieran acabado con todo el agua del Tajo, privarían a la cabecera del derecho a una reserva estratégica que tendrían ellos en los embalses que, mientras tanto, han ido almacenando agua desalada. Una intención indignante que deja patente que el principio de solidaridad interterritorial no existe en la mente de aquellos que sólo aspiran al beneficio económico.